El resultado del referéndum escocés es una buena noticia para Inglaterra y supongo que a corto y medio plazo también para Escocia, pero a largo plazo es una mala noticia para Europa y probablemente también para Escocia. Este razonamiento contradice las opiniones de algunos gurus y algunas cabezas pensantes europeas, por lo que trataré de desarrollarlo a continuación.
Inglaterra ha sido tradicionalmente antieuropea a lo largo de la historia, mientras que Escocía, por el contrario, siempre ha sido proeuropea y lo sigue siendo. Por tanto, desde el punto de vista de un proyecto común europeo y de una hipotética unión política, la independencia de Escocia habría supuesto el fortalecimiento de Europa, en la medida en que ello habría debilitado a Inglaterra. Además y esto es muy importante, a largo plazo Escocia sería un miembro de la Unión Europea y formaría parte del proyecto común de Unión Política, mientras que Inglaterra probablemente acabará fuera de la Unión Europea, en caso de que el referéndum anunciado por David Cameron —caso de ser reelegido en junio del 2015— arrojase el resultado que él mismo espera, lo que obligaría también a los escoceses a abandonar la Unión Europea, en contra del tradicional deseo de éstos. Seguir leyendo…