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La dedocracia extractiva

“Cuando era secretario general de Alianza Popular, (PP) teníamos un equipo dedicado a falsificar facturas…el Tribunal de Cuentas te decía que te inventaras las facturas”

 Jorge Verstrynge Rojas

España euro

Como ya he venido apuntando en este blog a lo largo del año 2012, la crisis que viene padeciendo este país es política, en tanto en cuanto ha sido ocasionada por los políticos que vienen desgobernando este país, independientemente de su color. A este respecto, soy el primer sorprendido de la exactitud con que predije esta crisis ya en enero de 2005, en una carta de tres folios enviada a los directores de los cuatro principales diarios del país y que reproduciré parcialmente en mi próximo libro: España, lejos de Escandinavia y cerca de África que como digo, aparecerá en el mes de mayo.

A juzgar por lo que se lee en prensa, se diría que todo el mundo se ha vuelto corrupto de repente, cuando la corrupción ha existido de forma ininterrumpida desde la transición de los años 70 del siglo XX, incluso en mayor medida, pero parece que nadie se había dado cuenta hasta muy recientemente. De las crisis económicas que ha tenido España en las últimas décadas, todas ellas inducidas y provocadas por la clase política, ésta habría sido una más de otras tantas, de no haber sido por la inmigración masiva que ha colapsado y arruinado el país. La población española ha estado anestesiada; sedada en la ignorancia desde hace décadas y de repente todo el mundo parece haber despertado de su letargo.

Las mareas altas lo ocultan todo, pero al bajar, quedan a la vista las latas de conserva, botellas rotas, zapatos viejos, chatarra y toda clase de desperdicios que estaban ocultos durante la marea alta. La clase política española ha estado creando crisis tras crisis durante décadas, pero ésta ha sido la más profunda de todas por la entrada y regularización de ocho (8) millones de sin papeles, de los que solamente trabajan uno y medio (1,5). La marea ha bajado tanto, que de repente los adormecidos ciudadanos españoles han despertado todos a la vez de su prolongada siesta. En ese sentido soy bastante optimista, puesto que la población, al desperezarse, se está poniendo en marcha. Es una buena señal, puesto que todos los cambios y mejoras en los ámbitos socioeconómico y democrático experimentados en las sociedades europeas a lo largo de su historia, han sido forzados de abajo arriba, esto es, mediante exigencias más o menos expeditivas por parte de la ciudadanía a sus gobernantes.

Desde mi primer comentario en este blog en abril del año 2012, vengo diciendo con exactitud las medidas que ha de tomar el gobierno para salir de la crisis y la primera es mostrar la puerta de salida a los ocho (8) millones de sin papeles, acompañados de los políticos que los regularizaron. Esto no se ha hecho y consecuentemente, la situación se ha deteriorado rápidamente y lo hará todavía más. Si entonces, en abril del 2012 había 17 millones de cotizantes, ahora quedan 16, mientras que la población ha aumentado en 0.5 millones, a 47,5. Si hace un año había 1,8 millones de sin papeles cotizando, ahora hay 1,5. Voy a clarificar estos datos porque la mayoría de los políticos españoles parecen no haberse enterado de lo que estoy diciendo. España tiene tres (3) millones de empleados públicos —funcionarios— y eso significa que 13 millones de cotizantes están manteniendo a 47,5 millones de individuos. Los políticos españoles parecen no entender la magnitud de lo que digo y por esa razón escribo para que los políticos europeos sepan lo que ocurre aquí.

Como ya apunté en la entrada  “inmigración masiva y crisis bancaria” el  28 de mayo de 2012 en este mismo blog, ésta y las anteriores crisis se deben al peculiar sistema electoral español, que tiene la virtud de transformar a los políticos en delincuentes extractivos, corrompiendo además, a toda la sociedad. El sistema electoral español de listas cerradas y bloqueadas, fue diseñado como transición de un régimen autoritario. Es un sistema electoral que no solamente hace inevitable la corrupción y el amiguismo, sino que además, los fomenta. De los sistemas electorales que hay en Europa, el español debería ser definido como  una “dedocracia plebiscitaria”. Esta dedocracia extractiva, se renueva mediante un plebiscito cada cuatro años.

Con el sistema de listas cerradas y bloqueadas, las elecciones son en realidad plebiscitos, no para elegir a los representantes de los ciudadanos, sino para legitimar algo y ese algo son los amigos y los tunantes que la cúpula del partido coloca en las listas, de tal forma que un señor de Huelva aparece en la lista electoral de Ávila y otro de Cartagena en la de Ciudad Real, cuando el de Huelva nunca ha estado en Ávila, ni nadie lo conoce en Ávila. En este país, para iniciarse en la política o para mantenerse en la política, supongo que habrá que hacerle la pelota al que confecciona la lista. En todo caso, los ciudadanos no pintan nada, puesto que nadie cuenta con ellos para nada. Con este sistema, “el trepa Gallardón” y otros como el se pasarán la vida en política, tomando decisiones a espaldas de los ciudadanos y en contra de los intereses del país. Puede permitirse el lujo de estropear casi todo lo que toca, como viene haciendo desde que esta en política.

El actual sistema electoral deberá ser reformado, de forma que sean los españoles los que controlen a los políticos, evitando así las catastróficas decisiones políticas y económicas que se vienen tomando en el país de forma ininterrumpida desde la transición. Los políticos han arruinado y empobrecido a todos, excepto a sí mismos y a los constructores “donantes”. La última ocurrencia a espaldas de los españoles fue regularizar a millones de extraeuropeos semianalfabetos, para abastecer de mano de obra a los constructores “donantes”. Como era de esperar, quien paga el pato no son los políticos ni los constructores “donantes”, sino los sufridos curritos de siempre, que ni tienen voz ni voto, nunca mejor dicho.

La última chuscada la protagonizaron los ilustres ministros Gallardón y Margallo, repartiendo miles de pasaportes españoles entre camito-semitas judíos, para contentar a sus amigos hebreos, cuando las encuestas y sondeos de opinión muestran que los españoles desean justamente lo contrario; esto es, que salgan de España cuanto antes los judíos que todavía siguen en el país. Las elecciones directas en distritos electorales mantendrían a éstos y a otros superlistos alejados de la política.

Naturalmente, toco muchos temas en mi próximo libro: España, lejos de Escandinavia y cerca de África, como por ejemplo el status constitucional de la familia Real y también el demencial y ruinoso enmaraño autonómico, barruntado en la transición, que debería ser desmontado cuanto antes y cuanto antes lo entiendan así los políticos, tanto mejor para ellos y para el resto de ciudadanos del país.

La actual figura del Rey tal y como la recoge la Constitución, es una anomalía en Europa Occidental y pronto debería evolucionar hacia un papel de representatividad protocolaria como el resto de monarquías europeas, sin ningún tipo de poder; ni funciones, otras que las estrictamente representativas y sin ningún tipo de responsabilidad y por supuesto, tampoco inmunidad. Cuanto antes lo entienda así el Rey, tanto mejor para él y para su familia, pues proporcionará estabilidad a la institución. De lo contrario, como continúe entrometiéndose en todo en beneficio propio, como viene haciendo desde la transición, mucho me temo que acabará saliendo del país por la puerta de atrás, como sus antepasados.

Como habrá deducido el lector, estas reformas no van a venir por iniciativa de la actual clase política, pues nadie esta dispuesto a pegarse un tiro en el pie, abandonando un sistema extractivo que otorga pingües ventajas al que lo controla. Personalmente, creo que las reformas vendrán de la mano de alguna/as de las muchas asociaciones, plataformas y pequeños  partidos políticos extraparlamentarios, que sin duda acabarán organizándose y obteniendo financiación. A medio-largo plazo no descarto nuevos actores en la escena política, tal vez algún partido político emergente, integrado por técnicos, ingenieros, científicos, pequeños empresarios, en definitiva ciudadanos normales y corrientes, no contaminados por la actual dedocracia sistémica y en cambio, crispados y exasperados por la situación económica y política. Los pocos españoles que todavía trabajan, no pueden continuar soportando el nivel impositivo de Dinamarca y las prestaciones de Uganda, durante más lustros o más décadas. 

En ese sentido, se divisan signos esperanzadores que me han sorprendido gratamente. Dentro de un sistema judicial maniatado y hasta hace poco sumiso y obediente a la clase política, algunos jueces han empezado a tomarse en serio la profesión, tomando iniciativas hasta hace poco impensables. Este es sin duda el primer signo de que se avecinan cambios en buena dirección.

15 de abril de 2013

 Pasado, presente y futuro de Europa y los europeos

Portada 4º 50-50

Pasado, presente y futuro de Europa y los europeos es el tercero de una serie de siete libros digitales (ebooks) mediante los que se pretende dar una visión del pasado, presente y futuro de Europa y de Occidente en su contexto global. Este ensayo relata el surgimiento y evolución de las sociedades europeas, sus amenazas más inmediatas y su previsible futuro. El hilo conductor de este ensayo es la descripción objetiva de la realidad socioeconómica políticamente incorrecta, tanto en la exposición de los datos, como en el reflejo del sentir mayoritario de la población europea. Se incide especialmente en los temas sociales de máxima actualidad y las decisiones prioritarias que se han tomar, para afrontar el presente y el problemático futuro del viejo continente.

Puede descargar ahora Pasado, presente y futuro de Europa y los europeos en formato PDF por 13.90€ mediante pago seguro por PayPal en este vinculo, o si lo prefiere, puede hacer una donación por importe igual o superior a esa cantidad, con lo que lo recibirá por correo electrónico en los próximos días. Puede leer una descripción más amplia en la sección Descarga de libros.

15 de abril de 2013

La descivilización del continente europeo

Foto Frontera 60La descivilización del continente europeo, es el segundo de una serie de siete libros digitales (ebooks) que en su conjunto pretenden dar una visión del pasado presente y futuro de Europa y de Occidente en su contexto global.

Este libro ofrece una descripción objetiva del efecto de las migraciones sobre el continente europeo, analizando los antecedentes históricos y los orígenes ideológicos que propiciaron la irrupción de las masas afroasiáticas en Europa a partir de los años 50 del siglo XX. El tema analizado se ha convertido en el mayor problema afrontado por Europa a lo largo de su historia y de su resolución depende el futuro de los europeos. Se relatan los devastadores efectos socioeconómicos, políticos y étnicos de la invasión extraeuropea que viene sufriendo Europa y se analizan las causas. Finalmente, se ofrecen las respuestas a muchos interrogantes y también la solución para revertir el avanzado proceso de tercermundialización en que se encuentra sumido el viejo continente.

Puede descargar el libro ahora desde este vinculo por 13.90€, o si lo prefiere, puede hacer una donación  por un importe igual o superior a esa cantidad, en cuyo caso lo recibirá por correo electrónico en el plazo de unos días.

15 de marzo de 2013

La división geoclimática del planeta

 Portada big 60 La división geoclimática

La división geoclimática del planeta, es el primero de una serie de siete libros digitales (ebooks) que en su conjunto pretenden dar una visión del pasado presente y futuro de Europa y de Occidente en su contexto global.

En este primer libro haremos un largo recorrido en automóvil desde Escandinavia hasta Sudáfrica, en un dilatado trayecto desde el norte al sur del hemisferio. Un largo viaje imaginario para el lector, pero muy realista en las inspecciones, las curiosidades y las reflexiones, acompañadas de los datos históricos y las observaciones e impresiones que cualquier viajero ha de confrontar, lo que sin duda nos dará una nueva perspectiva y ampliará nuestro enfoque evidenciando la relación directa entre la geoclimatología por una parte y el carácter, temperamento, inclinaciones y prestaciones de los individuos.Todo ello nos ayudará, probablemente, a valorar en su correcta perspectiva aquellos conceptos tan comentados y prodigados por algunos desinformados, tales como la riqueza y la pobreza de las naciones, la ayuda al desarrollo o la inmigración.

Puede descargar el libro ahora desde este vinculo por 13.90€, o si lo prefiere, puede hacer una donación  por un importe igual o superior a esa cantidad, en cuyo caso lo recibirá por correo electrónico en el plazo de unos días.

3 de febrero de 2013

La cirugía repatriadora

europa en contexto global

Esta Web fue creada con la intención de enfocar algunas cuestiones de actualidad que han venido siendo interesadamente desenfocadas y combatir la desinformación que vienen soportando gran parte de los ciudadanos europeos desde el final de la II Guerra Mundial. Europa sufrió un gran trauma en los años 40 del siglo pasado del que todavía sigue convaleciente y el tratamiento durante todo este tiempo ha sido administrado por un cambista y un publicitario (Anglo-América) en lugar de por un médico especialista. Durante el tratamiento para la recuperación de la vieja dama Europa, ha venido siendo utilizado un medicamento llamado Multiculturalum-Violentum que el publicista parece ser tenía en stock en grandes cantidades en su casa en América, pero que ha desfigurado casi totalmente el bonito rostro de la vieja dama y además la ha aturdido parcialmente. Para reconstruir las terribles secuelas que tan atroz medicamento ha ocasionado en el rostro de Europa hay que aplicar una cirugía repatriadora —sí he escrito repatriadora, en lugar de reparadora— administrada y supervisada por especialistas médicos europeos en lugar de cómo hasta ahora, por cambistas y publicistas norteamericanos.

La cirugía repatriadora consiste en lograr que los millones de extraeuropeos inmigrados masivamente a Europa desde la II Guerra Mundial, regresen a su medio ambiente natural en África, Asia y América, de tal modo que Europa recupere su ventaja competitiva como fuente del conocimiento, la ciencia y la tecnología, sin perturbaciones sociales. La ventaja diferencial de los europeos a lo largo de la historia ha sido el conocimiento, la creatividad, la competitividad y la capacidad investigadora, que en países como Francia se han visto seriamente dañadas en las últimas décadas por la fortísima inmigración africana y en el caso del estado español, en una sola década la inmigración masiva lo ha transformado en un país tercermundista.

La ideología globalizadora vigente desde la II Guerra Mundial parece haber tenido el siguiente enunciado: “África para los africanos; Asia para los asiáticos; América para los americanos y Europa para todos”. Es evidente que hay que dar un giro de 180° a esa ideología embrutecedora  y desandar la vía dolorosa asignada a los europeos. Para aportar una pequeña contribución en esa dirección se creó esta página Web y también he escrito algunos libros. El primero estará probablemente disponible para su descarga pasadas estas felices navidades, que naturalmente, les deseo a lectores como Usted.

21 de diciembre de 2012

Garrotazos a porrillo

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Para poder apreciar el contenido de un cuadro paisajista, hay que colocarse a cierta distancia del objeto. Dependiendo del tamaño, para apreciarlo en su correcta perspectiva es necesario colocarse a varios metros de distancia. Dentro del marco, formando parte del paisaje, no se puede ver el conjunto.  Del mismo modo, para poder observar un bosque hay que hacerlo desde un helicóptero a varios cientos de metros de altura. Dentro del bosque, solo se ven árboles. El gobierno español parece haber perdido la perspectiva, ajetreado como está achicando el agua de un barco a la deriva.

Dado que casi todos hemos tenido alguna vez un automóvil, suelo utilizar símiles automovilísticos para ilustrar situaciones que de otro modo podrían tal vez resultar menos comprensibles. Lo que lleva haciendo este gobierno de mecánicos desde que hace un año le fue encargada la reparación del destartalado automóvil nacional, son los arreglos generales en la chapa, tapicería y mecánica. El automóvil fue alquilado a una banda de iluminados que lo han destrozado casi totalmente y estos nuevos mecánicos han sido contratados por los propietarios del automóvil para que lo pongan a funcionar. Se han puesto manos a la obra y están limpiando bujías, filtros, cambiando aceite, engrasando, ajustando, cambiando llantas, incluso lustrándolo y además, pretenden retocar el motor para que alcance más prestaciones, pero lo cierto es que el automóvil sigue parado y no hay forma de que se mueva. Los propietarios del automóvil se impacientan e increpan a diario a los mecánicos, incluso les lanzan algún que otro insulto. Los mecánicos les muestran el contrato de prestación de servicios, recordándoles que todavía no han finalizado el trabajo, pero asegurándoles y reasegurándoles que el coche está quedando muy bien y va a procurar grandes satisfacciones a sus propietarios. Lo cierto es que los anteriores usuarios, además de estropear el coche, lo dejaron aparcado cuesta arriba, con el freno de mano echado y su palanca embadurnada. Estos nuevos mecánicos no se han dado cuenta, o si lo han hecho, prefieren no tocar ese freno, para no mancharse, con lo que el coche no se mueve ni siquiera encendiendo el motor o empujándolo.

El automóvil esta bloqueado por el freno de mano. El freno de mano es la bolsa de ocho (8) millones de inmigrantes extraeuropeos que encontrándose ilegalmente en el país, fueron regularizados y la cuesta arriba son los desajustes estructurales que el país arrastra desde hace más de un siglo y que apenas han sido tocados. Incluso desbloqueando la palanca del freno la mitad del recorrido —esto es, mostrando la puerta de salida a cuatro (4) millones — el coche no se va a mover con soltura, sino que seguirá parcialmente frenado. El freno de mano habrá sido liberado y el automóvil comenzará a moverse cuando los ocho (8) millones de sin papeles hayan regresado a su casa, pero lo hará lentamente, puesto que esta orientado cuesta arriba. Para que el coche alcance velocidad hay que cambiarlo de dirección, esto es, reorientarlo 180°, colocándolo cuesta abajo. Ese proceso de reorientación son las reformas estructurales que hay que hacer en el país y que nunca se han hecho. Son reformas de gran calado que requieren tener las cosas muy claras, gran firmeza y poder de decisión, algo que no se aprecia en este gobierno o al menos no lo hago yo. Uno de los mecánicos hizo un atisbo light en esa dirección, pero le dieron un grito y se lo esta pensando. Todas las medidas tomadas hasta ahora son de tipo coyuntural, para salir del trance, algunas de ellas, incluso contraproducentes.

Sea como fuere, el coche no puede ser reorientado sin antes haber desbloqueado el freno de mano, puesto que esa es condición sine qua non. Sin antes soltar el freno de mano, no hay cambio estructural que pueda ser aplicado y el coche seguirá aparcado cuesta arriba. Para que Usted amigo lector se haga una idea de la situación, imagínese que Alemania en la última década hubiese abierto las fronteras de par en par como lo hizo España y en este momento tuviese dentro del país un porcentaje similar de semianalfabetos procedentes del tercer mundo: dieciséis (16) millones. Es evidente que hoy Alemania estaría en quiebra, con un paro cercano al 30% (esa cifra la alcanzará España en los próximos meses) y pidiendo un rescate.España euro 2

Por esa razón expuse en el blog con fecha 8 de agosto que el mejor favor que los socios europeos podían hacer a España y a los españoles, era supeditar cualesquier ayuda a la previa salida del país de los ocho (8) millones de sin papeles. Esos 39.500 millones de euros de rescate bancario van a solucionar muy poco o nada y se van a perder, dado que las entidades bancarias rescatadas no han sido nacionalizadas. Simplemente se les ha inyectado miles de millones añadidos al dinero público inyectado por el FROB, que probablemente acabarán en manos de un comprador privado, probablemente otro banco.

España en una década se ha convertido en el país con mayor porcentaje de inmigrantes de toda Europa, con la importante diferencia de que la casi totalidad es de origen extraeuropeo y balcánico. La inmigración también ha colocado las cuotas de criminalidad a la cabeza de Europa. Los robos en viviendas han aumentado un 24.5% en un año, a 344 robos/día, esto es 125.560 robos /año según noticia en El País el 24/11/12. Es interesante notar que el 74% de los españoles están preocupados por la inmigración y el 58% la ve como un problema, según una encuesta publicada en El Mundo el 15/12/12 y que la totalidad de las regularizaciones masivas fueron realizadas a espaldas de los españoles y en contra de los intereses del país, pero desde que el Partido Popular (PP) llegó al poder hace un año, el número de inmigrantes, en lugar de disminuir, ha aumentado en 500.000 personas, con lo que la población del país alcanza los 47.3 millones, mientras que el número de cotizantes ha disminuido en la misma cantidad, hasta los 16.5 millones y todo apunta a que España pronto tendrá 48 millones de habitantes y 16 millones de cotizantes… y este gobierno todavía no se ha enterado de que la única salida a la crisis pasa por la repatriación de los ocho (8) millones y esto lo vengo diciendo bien claro desde el primer post en este blog, el 14 de abril. Demorar esta medida solamente va a aumentar la agonía del país y la contestación social.

España, además de ser desde hace décadas un coladero mundial de inmigrantes, es el país líder en “blanqueo de nacionalidad”. No hay ningún país en el mundo donde sea tan fácil obtener el permiso de residencia y la nacionalidad. Prácticamente la totalidad de los ocho (8) millones de inmigrantes regularizados en la última década, entraron con visado turístico y permanecieron ilegalmente en el país una vez caducado éste, consiguiendo la regularización por arraigo social, con la simple estancia en el país de forma irregular. Pero es que además, la mayoría de estos inmigrantes irregulares semianalfabetos obtienen la nacionalidad española a los dos años de estancia. No hay ningún otro país en el mundo donde un afrocaribeño, un indio sudamericano o un filipino puedan obtener la nacionalidad tras dos años de residencia. Esto hace que cientos de miles de sudamericanos tras una cortísima estancia en el país, “blanqueen” la nacionalidad y salgan del país ya con nacionalidad “europea” con destino a otro país, para regresar a España más adelante, “cuando la economía se solucione”. Estos desbarajustes se deben a que tradicionalmente los políticos españoles no están en política para solucionar los problemas de los ciudadanos, sino los suyos propios. Teniendo en cuenta que la población de origen extraeuropeo alcanza aproximadamente los diecisiete (17) millones, España puede ser a largo plazo el primer país de Europa Occidental con minoría de población europea. Como ejemplo comparativo, Alemania con 81 millones de habitantes, tiene tres (3) millones de inmigrantes  extraeuropeos (turcos).

España, por su ubicación geoclimática en el Mediterráneo a 14 Km. de África y por su pasado colonial, debería haber tenido la legislación inmigratoria más restrictiva del mundo, más incluso que Japón y sin embargo, ha sido siempre un coladero, especialmente desde mediados de los años 70 del siglo XX. Ya he apuntado en otros artículos y lo vuelvo a reiterar, que el país está sumido en un virulento proceso de tercermundialización, con metástasis en todos los ámbitos de la sociedad y si no da marcha atrás, recuperando los 39 millones de habitantes que tenía hace una década, el país no se va a recuperar nunca.

21 de diciembre de 2012

La piel de toro, el “trepa” y el “gallo”.

“Existe un gran peligro para los Estados Unidos de América. Ese gran peligro es el judío. Señores, en cualquier país donde los judíos han logrado establecerse, han degradado la moral, se aíslan en vez de integrarse. Se burlan del cristianismo y la honradez comercial; tratan de minar la religión sobre la cual este país fue fundado, objetando sus restricciones. Han creado, en las diversas naciones donde residen, un Estado dentro de un Estado y cuando han sido resistidos, han tratado de estrangularlos hasta la destrucción económica, como en los casos de España y Portugal. Si ustedes no los excluyen de la Constitución de los Estados Unidos, ellos, dentro de 200 años, habrán entrado en tan grande cantidad en nuestro país, que lo dominarán y se lo engullirán. Modificarán nuestra forma de gobierno, por la cual nosotros, los americanos dimos nuestras vidas y nuestra sangre y por la cual arriesgamos nuestra libertad. Los judíos son asiáticos y nada más, cualquiera sea el lugar donde hayan nacido y sin importar cuántas generaciones se alejen de Asia. Son y siempre serán de la misma manera. Las costumbres y usos judaicos no son compatibles con la vida de los norteamericanos, aunque el judío viva diez generaciones en nuestro medio… Los judíos son asiáticos, constituyen un peligro para nuestro país si se les permite entrar aquí y debieran ser excluidos por esta convención constitucional.”

Benjamín Franklin 1706 – 1790

Ayer me encontré con la noticia anunciada por los ministros de justicia y de exteriores en el sentido de que el gobierno pretende conceder la nacionalidad española a los descendientes de los judíos expulsados de España en 1492. Según parece, como documentación  para la obtención de la nacionalidad, sería suficiente con que un rabino o cualquier otra persona,  presentase un papel en blanco con la inscripción a lápiz de la frase: «Este es un judío sefardí». Un procedimiento bastante similar, por cierto, al utilizado en su día para regularizar a los ocho (8) millones de sin papeles semianalfabetos.

Este es el país de los superlistos ilustres, un país donde los mediocres patrios parecen haber encontrado en la política su única salida profesional. Como es sabido, en un país con tanto licenciado en derecho, sus únicas salidas laborales son las oposiciones y la política y este último sector parece haberse convertido en el sumidero donde recalan todos los mediocres que acaban arruinando y empobreciendo el país. En primer lugar, según historiadores españoles de reconocida solvencia, solamente una parte de los judíos fueron expulsados y muchos de ellos regresaron en años posteriores. Además, durante las dos últimas décadas España fue el único país del mundo con inmigración libre e ilimitada, por lo que el sefardí que no haya regresado habrá sido por falta de interés. Incluso las gigantescas bolsas de inmigración ilegal de toda Europa vinieron a regularizarse a España durante los gobiernos de “Ansar” y “Zapo”. Las consecuencias de tal política migratoria, están bien explicadas en otros artículos de este blog.

Lo único que yo sabía del actual Ministro de Justicia es lo que he ido leyendo en la prensa desde que en su juventud heredó un puesto en la política. Desde entonces, si mal no recuerdo, siempre ha estado viviendo del erario público y parece ser que a lo largo de su trayectoria política casi siempre ha estado enfrentado a los españoles, al tiempo que ha favorecido a la comunidad judía, por la que parece sentir una insana devoción, cercana a la idolatría. Ese enconado enfrentamiento con la ciudadanía, explicaría su afán por dar la nacionalidad española a una etnia rechazada por el 56% de los alumnos españoles de secundaria, según una reciente encuesta de El País. Solamente superada en rechazo por los gitanos (67%) y los marroquíes (64%).

Del Ministro de Exteriores, solamente conocía las ingenuidades que suele articular cuando lo entrevistan en la tele, aunque a veces, todo hay que decirlo, también dice cosas bien dichas y con valentía. De estadísticas no entiende o parece no tener conocimiento de los resultados de la encuesta encargada el otoño del año 2010 por su propio Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación. Realizada sobre 1.012 entrevistas a ciudadanos mayores de 15 años, arroja que el 58,4% de la población española opina que “los judíos tienen mucho poder porque controlan la economía y los medios de comunicación”  y más de un tercio (34,6%) tiene una opinión desfavorable o totalmente desfavorable de esa comunidad étnico-religiosa. Es interesante notar que dos tercios (62,2%) del 58,4% de los que opinan que “los judíos tienen mucho poder porque controlan la economía y los medios de comunicación”, son universitarios. El porcentaje sube hasta el 70% entre los que afirman “tener interés por la política“. Es decir, al igual que ocurre en el resto de Europa y USA, los más antijudíos son los más formados e informados.

Puesto que no conocía a estos dos ministros, tuve que acudir a Google para obtener información  y encontré la entrada “el trepa Gallardón” con 51.500 resultados (“el trepa Gallardon” sin acento, 26.000 resultados, con lo que estadísticamente, sería un “trepa” sin tilde) y “el gallo Margallo” con 76.200 resultados, lo que sin duda refleja claramente el perfil que los internautas atribuyen a tan ilustres personajes. Naturalmente, los comentarios que los españoles hacen en Internet sobre estos dos políticos patrios, son de tal naturaleza, que no son reproducibles en mi blog. Lo que sí aparece bien acreditado en Internet y que me ha sorprendido, es que gran parte de los internautas definen “al trepa Gallardón” como oportunista autoritario y según leo, era el favorito de Jesús de Polanco (Prisa) y lo es de la comunidad judía española para la presidencia del gobierno. Me sorprendió igualmente comprobar lo bien documentada que aparece en la red la estrechísima relación personal y los fluidísimos contactos de estos dos con la precitada comunidad camito-semita nacional e internacional, especialmente la norteamericana. Con el que no consta que mantengan contacto personal es con el judío Bernard Madoff,  supongo que será por motivos de logística…

Deberían recordar los Sres. ministros que quienes les han pagado el sueldo durante toda su vida son los españoles y la opinión e interés de éstos tiene prioridad. Si se desviven por los judíos, no entiendo por qué no han emigrado ya a Israel, que sería lo lógico, en lugar de fomentar la inmigración judía.  Al contrario que sus antecesores, Don Mariano parece una persona inteligente que sabe escuchar, por lo que supongo que debería tomar buena nota de los sondeos de opinión y hacer una remodelación de gobierno.

24 de noviembre de 2012

El control de los medios de comunicación

“Llegará un día cuando todas las naciones dentro de las cuales viven los judíos, deberán resolver la cuestión de su expulsión”.

Franz Liszt 1811-1886

 En lo que a mí respecta, supongo que un gran número de políticos europeos no habrán leído ninguno de los cientos de libros publicados  sobre el papel de los camito-semitas (judíos) en Occidente, por lo que me permito sugerir los tres siguientes, muy ilustrativos y escritos en diferentes épocas. Uno de ellos escrito por el teólogo alemán Martín Luther en 1543; otro por el  industrial norteamericano Henry Ford en 1920 y el tercero por el profesor de psicología de la Univ. de California Kevin MacDonald en el año 2004.

Von den Juden und ihren Lügen (Sobre los judíos y sus mentiras)                               Martin Luther 1543

The International Jew: The world´s foremost problem (El judío internacional: El principal problema del mundo) Henry Ford 1920

Understanding Jewish Influence-A study in Ethnic Activism (Comprendiendo la influencia judía-Un estudio en el activismo étnico)  Kevin MacDonald 2004

Al igual que ocurre con la casi totalidad de libros escritos en Occidente sobre la cuestión judía, de esos tres libros se puede deducir que los camito-semitas de etnia judía asentados en Occidente desarrollan en todos los casos una conducta que para un occidental aparece como manipuladora y defraudadora en varios ámbitos, no solamente el económico-financiero, sino también el social-político, científico, periodístico-cinematográfico e incluso el social-antropológico y acaban dañando la sociedad occidental en la que se asientan. Al respecto, debo añadir que, personalmente, no creo que actúen o se comporten conscientemente de una u otra forma con intenciones malévolas, sino todo lo contrario. Mis investigaciones documentales y mis experiencias in situ en el norte de África y en Oriente Medio me conducen a la conclusión de que los camito-semitas de etnia judía no son diferentes al resto de los camito-semitas árabes. La única diferencia sería que estos últimos basan su ética y valores en el Corán y aquellos en el Talmud y el Viejo Testamento bíblico. Obsérvese que los cristianos, en cambio, basan sus creencias y valores en el Nuevo Testamento, descartando el Viejo Testamento como un arcaico anacronismo, mientras que en los judíos se da la circunstancia contraria. Ellos no aceptan el Nuevo Testamento. Yo me inclino a pensar que el Nuevo Testamento se ajusta más al carácter y temperamento natural de los europeos occidentales, mientras que el Viejo Testamento se correspondería más naturalmente con el carácter y temperamento oriental.

En todo caso, mi opinión personal ya expresada en otros artículos de este blog es que los camito-semitas en general, tanto los judíos como los árabes, turcomanos, etc. están genéticamente configurados para vivir en una zona geoclimática muy diferente a la europea y por tanto su carácter, temperamento, comportamiento e inclinaciones chocan necesariamente con los hábitos occidentales. Los camito-semitas en general están genéticamente configurados para vivir entre orientales en Oriente y no para convivir entre europeos en Europa, o entre europeos en cualquier otra parte del mundo. La historia parece demostrar la total y absoluta incompatibilidad entre el europeo occidental y el camito-semita oriental. La obsesión histórica de éstos últimos por vivir entre occidentales en Occidente, revirtiendo el rechazo social mediante el control de los medios de comunicación y el financiero, intentando transformar la sociedad de acogida en beneficio de los intereses de su propia etnia, no hace sino agravar la situación y amplificarla. Además, se observa la tradicional fascinación judía por adquirir conocimientos en las universidades occidentales y desde la II Guerra Mundial, la obsesión por el control de los medios de comunicación, para influir en la opinión y fomentar la inmigración afroasiática, como formula autoprotectora para aparecer “menos visibles”. Esta obsesión educativa les conduce inevitablemente a desarrollar sus actividades de apoyo al socialismo y la multiculturalidad desde un nivel social superior, amplificando así las disfunciones en las sociedades occidentales de acogida.

La historia demuestra que cuando el número de judíos sobrepasa un cierto porcentaje, la situación llega a ser  insostenible. La política desarrollada por los camito-semitas judíos en Europa y en USA desde la II Guerra Mundial desde los medios de comunicación que controlan, (30%- 85% en Europa, dependiendo del país y aproximadamente el 80% en USA) ha ido totalmente encaminada hacia el fomento del socialismo y la multiculturalidad, entiendo que para ellos mismos pasar físicamente más desapercibidos entre las poblaciones de origen europeo. Naturalmente, esta política está amplificando un problema que ya era serio desde el principio, pues esta suponiendo el embrutecimiento y destrucción de las sociedades europeas y de la raza blanca europea y con ella, de la civilización occidental.

La formula a corto, medio o largo plazo, pasaría por modificar la legislación para que los  afroasiáticos llegados a Europa a partir de la II Guerra Mundial regresen a sus lugares de origen, para en una segunda etapa conseguir convencer a los judíos asentados en Occidente de la conveniencia de regresar a su medio ambiente natural en Oriente. Una solución que a simple vista podría parecer dificultosa en su aplicación práctica, pero no lo es tanto, dado que se ajusta a la opinión mayoritaria de la población europea. Un primer paso podría ser diluir legislativamente la concentración de los medios de comunicación, prensa, radio, TV, y cinematográfico en manos de la población de origen camito-semita (judío) asentada en los diferentes países occidentales. No parece lógico ni deseable que el 0.2% – 3% %  de población de origen camito-semita en los diferentes países europeos  controlen entre el 25% – 80% de los medios de comunicación de cada país o que el 3% de la población judía de USA controle el 80% de los mass-media—incluido el cinematográfico—  máxime teniendo en cuenta que los judíos de los diferentes países mantienen una cohesión étnica internacional y se reúnen periódicamente en congresos internacionales para intercambiar experiencias y trazar objetivos comunes. El socialismo y la multiculturalidad parecen ser en este momento los objetivos prioritarios camito-semitas para Europa, que naturalmente, chocan frontalmente con los intereses europeos. Ese objetivo judío está, no obstante, ya ampliamente superado en USA, mediante el papel activo que la comunidad judía jugó para cambiar la legislación inmigratoria norteamericana en los años 60 del siglo XX. Parece evidente que hay que legislar en Europa, para reorientar este descompensado control mediático y financiero, como primer paso para ayudar a los extraeuropeos asentados en el viejo continente —incluidos los judíos— a regresar a su medio ambiente natural.

Antes de la llegada de Internet, era imposible publicar un comentario o una misiva “políticamente incorrecta” en los medios de comunicación establecidos, con lo que el control de la opinión pública descansaba en muy pocas manos y éstas a su vez, a menudo también condicionadas por diversos grupos de interés o de presión. La “mayoría silenciosa” no encontraba cauces ni canales para expresar su opinión. La llegada de Internet y las redes sociales ha democratizado el acceso y transmisión de la información, de tal modo que ambas partes, los ciudadanos y sus políticos pueden expresar y recoger directamente las corrientes de opinión de los ciudadanos y tomar medidas en una u otra dirección, que antes probablemente no reconocían, puesto que su único contacto con la población era mediante los procesos electorales. Por tanto, la proliferación de Internet y de las redes sociales no deberían ser vistas como un amenaza por la clase política establecida, sino más bien como una oportunidad para conocer de primera mano el sentir de la población, pues siempre ha sido notoria la total oposición de la población europea a la inmigración y a la multiculturalidad, sin tener reflejo en los medios de comunicación establecidos, a menudo vinculados a círculos de presión política o intereses comerciales o ideológicos ajenos al interés de la población.

24 de noviembre de 2012

Rescate en la autopista

 

Tras la comparecencia de Mario Draghi el pasado día 6 y el descenso de la prima de riesgo en los mercados, el gobierno español empieza a dudar sobre la conveniencia de solicitar un rescate parcial o total, consciente, supongo, de que ningún rescate financiero podrá resolver aquellos problemas que solamente las reformas estructurales pueden conseguir.

La compra de bonos y letras en el mercado secundario por parte del BCE, o el rescate financiero parcial o total solucionaría un problema puntual, pero difícilmente el problema de fondo, que no es otro que la disimilitud de productividad/competitividad entre el norte y sur de Europa. El problema surgiría, adicionado, a medio plazo. Por tanto, es conveniente malentender bien la declaración de Mario Draghi utilizando la analogía del autobús con sus pasajeros negligentes distraídos observando el paisaje a través de la ventanilla, que han llegado a desabrocharse el cinturón de seguridad y asomado la cabeza para observar aspectos de la bonita campiña. Al penetrar el autobús en un túnel con turbulencias, los dos pasajeros han estado a punto de ser arrojados al pavimento de la autopista a través de las ventanillas, absorbidos por los fuertes torbellinos. El declarado respaldo del BCE el pasado día 6 de septiembre tendría por objeto reducir las turbulencias, permitiendo que estos dos pasajeros se instalen en sus asientos, se arrellanen, se ajusten bien el cinturón y fijen su atención, de tal modo que el autobús pueda salir de los torbellinos del túnel con todos sus pasajeros dentro, continuando el trayecto sin paradas innecesarias, sin retrasos ni trastornos para el resto de pasajeros. Naturalmente, existe el riesgo de que el respaldo del Banco Central Europeo (BCE) tenga el efecto de inyecciones anestésicas ilimitadas en el tiempo, adormeciendo en el autobús a esos  pasajeros durante el resto del trayecto, en lugar de ser el soberano cachete en la cabeza, para que hagan los ajustes al objeto de convertirse en “pasajeros normales”.

En España hay un sector que funciona y otro que no. Por una parte tenemos la España de empresas punteras grandes, medianas y pequeñas que aunque no tienen la capitalización bursátil de Apple, innovan y exportan y pueden medirse con sus competidoras europeas y americanas y en muchos casos superarlas. Por otra parte tenemos el sector de la hostelería/turismo antes muy competitivo, pero ahora desprofesionalizado e improductivo por la inmigración masiva sudamericana y tenemos también el sobredimensionado sector de la construcción, antes inflado por la inmigración masiva y ahora desinflado. Existe la sensación en los mercados internacionales de que toda España es como esta última, cuando no es exactamente así. Por tanto, el movimiento de ficha que acaba de hacer el (BCE) tendrá el efecto deseado si es bien malentendido, no solicitando el rescate, en lugar de mal bienentendido solicitándolo. Esa es mi opinión y entiendo que España no debería solicitar ningún tipo de rescate, ni siquiera el rescate bancario ya aprobado, entre otras razones porque creo que no lo necesita, en el supuesto de que pasado mañana salgan del país los ocho (8) millones de sin papeles semianalfabetos, irregularmente regularizados por los gobiernos de “Ansar” y “Zapo”. De no ser así, me temo que España deberá seguir pidiendo ayudas durante muchos años. Obsérvese que esto lo vengo diciendo en este blog desde hace cinco meses.

Las cifras coyunturales de la Zona Euro son todavía algo sombrías, pero lo peor de las turbulencias están quedando atrás para países como Irlanda, España y Portugal. No se puede decir lo mismo de Grecia, donde la productividad sigue cayendo por falta de inversión, ni de Italia, donde la ambiciosa agenda de Mario Monti se ha quedado en el papel mojado de las casi cuatrocientas (400) reformas legisladas y aprobadas, pero solamente cincuenta (50) puestas en práctica, con lo que el país sigue aquejado de los males que todos conocemos. En el caso de España, la competitividad ha aumentado y también las exportaciones (+3.4 % en el primer semestre) al tiempo que disminuyen las importaciones, con lo que el endémico déficit en comercio exterior esta desapareciendo y los fondos de inversión extranjeros ya están empezando a comprar acciones españolas a precio de saldo, entre otras del BBVA y Santander. Además, si bien es verdad que el rescate podría ser un balón de oxígeno a corto plazo, no resolvería los conocidos problemas de fondo que tiene España y en cambio, sí creo que deterioraría significativamente la marca España, que a nivel internacional tiene un monto valorable y cuantificable y que el gobierno debería tener muy en cuenta. Me cuesta creer que la solución cortoplacista vaya a compensar los costes a largo plazo conectados al deterioro de la imagen de España. No olvidemos que empresas grandes y competitivas como Gas Natural, Telefónica y ACS,  pese a estar bien gestionadas y con gran parte de sus ingresos provenientes del extranjero, tienen problemas a la hora de obtener financiación por el mero hecho de que los mercados internacionales las asocian con España. Un rescate, con sus negativas connotaciones y repercusiones mediáticas durante un período prolongado de tiempo —varios años—  permanecerá registrado en la memoria de los mercados, con lo que los efectos cortoplacistas del eventual rescate parcial o total no compensarían, a mi entender, los prolongados efectos negativos.

13 de septiembre de 2012

España e Italia, pasajeros negligentes del autobús

Aunque me consideran muy flexible, no puedo reprimir mi lado severo cuando escribo sobre España. No lo puedo remediar. El problema común a los países meridionales de la Zona Euro, —dejando al margen la productividad por hora trabajada, que no es tan baja como algunos creen— es su bajo porcentaje de población laboralmente activa, comparativamente muy inferior a la del norte de Europa, especialmente entre la población femenina. La deuda soberana, o si se quiere el déficit público que viene arrastrando España, se debe naturalmente a los menores ingresos impositivos, debido al alto desempleo y al nulo crecimiento económico. Los problemas de deuda pública o privada difícilmente pueden ser resueltos mediante la asunción de más deuda. Es difícil solucionar un problema mediante dinero prestado, cuando el problema viene precisamente de estar excesivamente endeudado. Eso lo sabía mi abuela y lo sabe el mercado, de ahí el alto tipo de interés exigido a España. En microeconomía, los clientes siempre tienen la razón y en macroeconomía, son los mercados los que siempre la tienen. Los mercados desconfían de que España pueda pagar nuevos préstamos, de ahí el alto tipo de interés. La evolución de los tipos de interés para las letras u obligaciones, son solamente el síntoma. Pretender puentear a los mercados mediante medidas directas por parte del Banco Central Europeo, tal y como los gobiernos español e italiano pretenden, equivale a dejar a un lado la economía de mercado, que es la base del sistema cambiario occidental.

A España las coyunturas siempre le han afectado pendularmente en grado extremo y las soluciones siempre han sido improvisadamente cortoplacistas, como la que se pretende implementar ahora. Los problemas de España son estructurales y vienen de muy lejos. Estamos hablando de un rezago combinado múltiple, de bajo nivel educacional y profesional, carencia de tradición tecnológica e industrial;  baja productividad relativa unida a un bajo nivel de actividad laboral y un alto índice de desempleo tradicionalmente aceptado desde los años 60 del siglo pasado. A ello hay que añadir el demencialmente ruinoso sistema autonómico implantado en 1978 y la inexistencia de un auténtico sistema democrático participativo que impregne toda la sociedad y haga a los ciudadanos responsablemente partícipes de los asuntos económicos y sociales del país, en lugar de indignados e impotentes espectadores, como vienen siéndolo en línea continua desde la época de Godoy. No estamos por tanto hablando de cosmética, cirugía plástica, ni parches, sino de intervenciones quirúrgicas de envergadura que transformen en profundidad el rancio sistema económico y social del país. No ha habido político de talla que haya asumido el reto de aumentar significativamente el bajo nivel educativo y profesional de la población.

Si a Charles de Gaulle le resultaba difícil gobernar un país con más de 200 variedades de quesos, fatigoso le resultará a Don Mariano gobernar un país de 17 parlamentos y millones de opinólogos, todos ellos en posesión de la verdad. Por eso mismo,  merece un voto de confianza. Las medidas tendentes a la contención del gasto público y las reformas estructurales son necesarias en la medida en que mejorarán la eficiencia a largo plazo y en ese sentido el actual gobierno hace lo que debe y podría hacer más, pero las desinversiones públicas y el incremento de las tasas y los impuestos directos e indirectos son contraproducentes, en tanto en cuanto son aplicados en mitad de la recesión. Soy de la opinión de que en plena crisis financiera como la actual el estado español debería aceptar un déficit público durante el periodo de transición que empresas, bancos y consumidores necesiten para sanear sus cuentas y los millones de ilegales regularizados necesiten para abandonar el país. Sin esta última medida, la economía española no se va a recuperar, ni aunque Mario Draghi y Angela Merkel bailen la sardana al ritmo de Don Mariano. Con semejante bolsa de inmigración regularizada dentro del país, los créditos, ayudas e incluso el rescate que pueda ser ofrecido a España se irán en subsidios, ayudas y subvenciones y no en relanzar la economía real. Esto parece no haberlo querido entender el actual gobierno, por lo que el mejor favor que los socios europeos pueden hacer a España y a los españoles, es supeditar cualesquier ayuda a la previa salida del país de los millones de sin papeles irregularmente regularizados por los gobiernos de “Ansar” y “Zapo”. Cuando la economía se haya recuperado, probablemente sería el momento de iniciar la gran limpieza de las finanzas públicas. Como es sabido, ello requiere planificación, disciplina y fuerza de voluntad de los implicados. La crisis en España comenzó a gestarse en el año 2000 con “Ansar” de presidente de gobierno. Las regularizaciones masivas de sin papeles se aceleraron con “Zapo”, pero fue “Ansar” el que destapó la caja de Pandora que nos ha llevado a la ruina. La secuencia es bien conocida:

(Bajos tipos de interés + regularizaciones masivas de ilegales) → burbuja inmobiliaria → estallido burbuja inmobiliaria → (desempleo masivo + crisis bancaria +déficit publico) → (recortes públicos + subida impuestos) → (menor crecimiento económico + > desempleo) → más déficit público → insolvencia → desconfianza internacional → imposibilidad de financiación → solicitud  de ayuda/rescate al BCE.

El sector privado español está excesivamente endeudado; no así el sector público, cuya deuda en proporción al PIB es inferior a la alemana. La burbuja inmobiliaria y el desmesurado crecimiento del sector de la construcción fueron en gran parte financiados con créditos extranjeros, mientras que la fuerte demanda de mano de obra subalterna fue cubierta por inmigrantes, sin los cuales, la burbuja no habría sido posible. El estallido de la burbuja supuso paro, déficit público y crisis bancaria, pero el precio de los inmuebles todavía no han alcanzado el suelo, por lo que el sistema bancario no deja de ser un incierto castillo de naipes. Pese al bajón hasta representar el 14% del PIB, desde el desmesurado 22% del año 2005, el sector de la construcción sigue estando sobredimensionado, por lo que el retroceso económico de España todavía no ha alcanzado fondo, como no lo ha hecho el precio de los inmuebles, ni tampoco las previsibles dificultades de los bancos. La deuda neta con el exterior seguirá aumentando y a los actuales tipos de interés va a ser difícilmente sostenible. Sin embargo, como lo mío son soluciones sencillas a problemas complejos y líneas estratégicas en lugar de tácticas y operativas, trataré de resumirlo de la forma más sencilla posible:

El objetivo de España son los 39 millones de habitantes y los 25 millones de cotizantes, en lugar de los 47 millones de habitantes y los 17 millones de cotizantes que tiene en la actualidad.

Esas dos líneas son fáciles de apuntar y memorizar. Alcanzar ese objetivo es algo más complicado, pero supondría resolver los problemas del país, ser nombrado gallego universal y verse convertido en afamado estadista europeo.

8 de agosto de 2012

Un autobús con buen motor, pero con las transmisiones y bajos oxidados.

En la línea de informar, educar e instruir a los que más lo necesitan, en esta ocasión voy a hacer algunos comentarios sobre las vicisitudes de la zona euro, pese a que no es mi especialidad, ni algo que me guste hacer, pues como europeísta siempre he preferido abordar temas globales, desde la perspectiva de un continente históricamente más uniforme de lo que creemos y además, bastante más diferenciado del resto del mundo de lo que muchos suponen.

En estos últimos días parece que también Francia esta empezando a mostrar cifras macroeconómicas preocupantes, mientras Italia y España siguen reprochando a Alemania y al BCE su poco espíritu colaborador. Ciertamente, Alemania es la cuarta economía mundial y representa casi una tercera parte (28%) de la economía de la Unión Monetaria. Tras años de reformas, nadie pone en duda la eficiencia de las empresas alemanas, del mercado de trabajo y del sistema de bienestar, aunque la columna vertebral de la economía alemana sigue siendo el sector industrial exportador, que año tras año sigue aumentando su cuota de mercado mundial, hasta el 16.2 %, mientras que la vecina Francia ha seguido perdiendo cuota hasta el 3.3% actual, lo que se traduce en superávit germánico en comercio exterior y déficit francés. Mientras el peso específico del sector industrial en la economía alemana ha crecido, el de Francia y España sigue disminuyendo hasta representar el 14% del PIB en ambos países, prácticamente la mitad que en Alemania.  Lo que sí ha aumentado en Francia y en España ha sido el sector público, el aparato del estado y el funcionariado. España suma además dos problemas bien conocidos que nadie se atreve a tocar: por una parte el sistema autonómico de 1978 degenerado en ruinoso enmaraño regionalista, derrochador y burocrático y por otra parte la inmigración masiva regularizada, que supone un lastre insuperable para la economía y la sociedad española.

Cuando Francia empieza a cojear, parece que se espera que Alemania asuma el peso de la Zona Euro. Italia y España presuponen que la solución pasa por un BCE comprador de bonos y letras y una Alemania solidaria con los vecinos del sur. Se antoja que ello solucionaría la crisis, pero creo que las expectativas y pretensiones sobre Alemania superan la capacidad económica del país germano. La Zona Euro absorbe el 40% de la exportación alemana y los programas de ahorro de los países en crisis se están empezando a notar en la economía germana. Los resultados de la industria pesada y los bancos son inferiores a lo esperado y Moody´s le acaba de rebajar la puntuación crediticia, al tiempo que lo ha hecho con la de Holanda y Luxemburgo. Su déficit presupuestario es bajo pero la deuda del 80% sobre el PIB es superior a la de España. Garantizar la deuda de otros países aumentaría la suya propia, que ya es suficientemente alta. Además, supongo que el margen de maniobra de Angela Merkel esta condicionado por sus propios estados federales; por sus socios de la coalición que mantiene con el partido CSU de Baviera y por el Tribunal Constitucional de Karlsruhe, que ejerce una gran influencia sobre la política del país y determina la constitucionalidad de los fondos de ayuda.

Sea como fuere, no creo que la Zona Euro como tal vaya a desaparecer, por el grado de integración alcanzado, pero me cuesta creer que a medio plazo pueda ser mantenida en su configuración actual, sin una importante reducción contable de la deuda de los países en crisis, lo que indefectiblemente afectará a los tenedores de las obligaciones y las letras. En tal caso, el euro sobreviviría la crisis aprestado con un mecanismo de coordinación económico-político-financiero más fuerte que el actual.

Alternativamente, en el peor de los casos, podríamos ver a medio plazo (3 años) una Zona Euro de dos velocidades, con una Unión Monetaria del norte con Alemania, Austria, Holanda, Finlandia y tal vez Bélgica/Francia y una Unión Monetaria del sur, que podría incluir a  Francia/Bélgica. Una apuesta alternativa de alto riesgo, que a largo plazo podría suponer el final del euro como moneda común. En cualquier caso, no me imagino a Grecia dentro de la Unión Monetaria, salvo que el país implemente una divisa paralela al euro, con tasa de cambio variable.  La salida de España e Italia probablemente supondría la salida de Francia, ante la expectativa de dos  países vecinos con una moneda devaluada compitiendo en sectores de peso, como el automovilístico. Una reacción en cadena de difícil pronóstico, que además de efectos económicos, tendría efectos sociológicos sobre la población europea y podría muy bien acabar sepultando un tramo del camino andado por Europa desde la II Guerra Mundial. Son muchos los matrimonios mal avenidos que, por conveniencia, continúan juntos toda la vida y todo parece indicar que los socios de la Moneda Común acabarán entendiéndose.

8 de agosto de 2012

Los críticos escenarios del euro y la Unión Monetaria

La creación del euro y de la Unión Monetaria fue una gran idea, pero si hay algún concepto del que se viene hablando últimamente con bastante insistencia es el de la deuda en sus diferentes modalidades. La deuda se ha convertido en el tema central durante la actual crisis del euro hasta el punto de que se ha venido especulando sobre el futuro de la propia Unión Monetaria. Es conocido que las mentes grandes discuten ideas, las medianas, personas y las pequeñas discuten cosas.

Lo cierto es que el déficit presupuestario que vienen padeciendo algunos países de la Unión Monetaria es un síntoma de que no adaptaron la política económica interna a los nuevos condicionantes que conlleva la pertenencia a una moneda común. Al desaparecer el riesgo de la tasa de cambio, países tradicionalmente habituados a altos tipos de interés, como España, se encontraron de repente afectados por los bajos tipos de interés de países como Alemania. Esto podría haber sido una ventaja para España, si los gobiernos de “Ansar” y “Zapo” lo hubiesen equilibrado con una política económico-fiscal más restrictiva. No se hizo y el resultado fue un recalentamiento de la economía nacional y especialmente el sector de la construcción, que con la inmigración descontrolada, alcanzó cotas desmedidas.

La crisis del Euro refleja el diferente índice de productividad entre los diferentes países de Europa. Mientras cada país tenía su propia moneda, esta diferencia carecía de importancia, puesto que las diferencias de productividad se autorregulaban con una ligera y continua apreciación anual del marco alemán en relación a sus competidores europeos menos eficientes. La introducción del Euro modificó este esquema tradicional, de tal forma que los costes de producción se incrementaron fuertemente y el coste de la mano de obra por unidad manufacturada aumentó en más de un 30% en Italia y en España, mientras que no se modificó sustancialmente en Alemania. La tasa de cambio del euro ha venido reflejando un curso medio entre ambos extremos, por lo que las exportaciones alemanas han sido favorecidas por una tasa de cambio baja, mientras que en el caso de Italia y España la tasa de cambio de la moneda común ha sido demasiado alta, por lo que les ha costado competir con los productos fabricados en Alemania. La crisis del proyecto monetario europeo hubiese sido inferior si Alemania hubiese llevado una política económica más expansiva, incrementando las importaciones de otros países de la Unión y permitiendo que su propia inflación alcanzase el límite del 2% anual, en lugar del 1.5% real, limitando así el desajuste comercial entre los países del Euro. Desde este punto de vista,  la culpa no es totalmente achacable a los países en crisis.

En el caso de España, los empresarios, sindicatos y gobierno, no contuvieron el nivel de remuneraciones ante la nueva situación en que ya no se dispone de una moneda propia que pueda ser depreciada. Se podía haber contrarrestado el incremento de precios —por los bajos tipos de interés— en el sector inmobiliario, mediante tasas a la inversión inmobiliaria, incremento del impuesto de transmisiones o incremento del porcentaje de capital propio al pedir un crédito para compra de vivienda y es que la política fiscal no consiste solamente en limitar el déficit presupuestario y la deuda pública, sino también en vigilar la evolución de los costes y refrenar las burbujas inmobiliarias. Se debió haber criminalizado la inmigración ilegal multando a los empleadores, como se hace en el resto de países de nuestro entorno, en lugar de regularizar masivamente a los excedentes del planeta, inflando la burbuja al tiempo que se hundía la productividad. Curiosamente, los latinoamericanos pueden obtener la nacionalidad española a los 2 años de estancia, pese a la altísima tendencia migratoria de ese colectivo y el bajísimo nivel cultural y profesional de los inmigrantes procedentes de esa parte del planeta.

El nivel de bienestar de un país siempre está en paridad con la productividad (PIB/habitante) de sus residentes activos. Que un país sea relativamente rico o pobre está correlacionado con las prestaciones de sus propios pobladores. Por esa razón, si mañana emigrasen todos lo haitianos a Nueva Zelanda y todos los neozelandeses a Haití, en muy pocas décadas Nueva Zelanda sería Haití y Haití sería Nueva Zelanda, reflejando así un nivel de prosperidad  subsahariano en el primer caso y europeo occidental en el segundo. Ni que decir tiene, que la inmigración tercermundista descontrolada ha colocado la productividad española a nivel tercermundista.

El euro, por tanto, lejos de crear una armonización, pone en evidencia las diferencias de productividad entre los diferentes países. Los partidarios del “más Europa”, esto es, de la centralización de competencias en Bruselas, o de una unión fiscal, incluyendo el sistema financiero-bancario, entienden que ello supondría la eliminación de las dispares primas de riesgo crediticio y suponen que con el tiempo los europeos se irían armonizando, de tal forma que el sur de Europa se iría germanizando y los germanos irían adoptando el estilo de vida meridional. Yo no lo creo así y pienso que el euro como moneda común, perpetuará la incapacidad competitiva de aquellos países que no sean capaces de incrementarla por ellos mismos.

El caso de España, es especial, pues tras una década regularizando a los excedentes del planeta, en este momento tiene una población de 47 millones, de los que solamente trabajan 17, por lo que para convertirse en un país competitivo sobrarían los ocho (8) millones de “sin papeles” alegremente regularizados por los gobiernos de “Ansar” y “Zapo” y habría que buscar fórmulas para mejorar la endémica baja productividad de la región andaluza. De no ser así, por la propia dinámica geoclimático-socioeconómica del país, España no se va a convertir en un país competitivo al menos en los próximos 50 años, por lo que Angela Merkel pronto tendrá que volver a sacar el talonario…

Con la crisis del euro, algunos alemanes han especulado con la conveniencia de que Alemania abandonase la moneda común, cansados de financiar a países como Grecia; sin embargo, les tranquilizará saber que Alemania es el país de Europa al que menos le conviene abandonar el Euro, mientras que, al contrario de lo que muchos creen, Italia es el único país que podría abandonar la moneda común sin despeinarse y además, con algunas ventajas. Pero para estimar objetivamente la productividad de una región, un país o un continente, hay que introducir algunas variables que siempre se dejan al margen y que desde mi punto de vista son capitales, como la geoclimatología, la genética y la demografía. Una vez introducidas tales variables, las medidas a tomar para revertir el endémico índice de productividad de algunos países, podrían tal vez ser diferentes…

17 de julio de 2012

Hojas abrasivas, aplicadas por miopes
Cada día desayunamos con nuevas tasas, nuevas cuotas y nuevas subidas de impuestos fijados por este gobierno de miopes, abrasando a los 17 millones de cotizantes que todavía trabajan en este país y caldeando a los restantes 30 millones que viven de éstos últimos. Ese es el tipo de medidas que se suelen aplicar para frenar una economía recalentada, con signos inflacionistas.
Tales medidas frenarían incluso a la locomotora alemana. Pues bien, estas desmedidas se están aplicando en España, el país europeo que menos las necesita. Es comprensible que los socios acreedores europeos insten al gobierno español a aplicar este tipo de remedios cortoplacistas para “hacer caja”, pero los efectos a medio y largo plazo van a ser ruinosos para el país, aunque, todo hay que decirlo, no tanto como lo fueron en su día las políticas socioeconómicas implantadas por los gobiernos de “Ansar” y “Zapo“.
Este gobierno todavía no ha leído mi blog y por tanto, no se ha enterado de que el déficit presupuestario que viene arrastrando España se debe a que los 8 millones de “sin papeles” extraeuropeos y balcánicos regularizados irregularmente durante los últimos 13 años, todavía siguen en el país. Siento tener que indicarlo, pero esa es la realidad. La población demandante de servicios, subsidios, subvenciones e infraestructuras ha aumentando en esa cantidad, mientras que la población cotizante sigue siendo casi la misma que en el año 1999. En el momento en que los 8 millones regularizados por los gobiernos de “Ansar” y “Zapo”, salgan por donde entraron en compañía de éstos últimos, se despejará el futuro de España. Hasta entonces, todo va  a ir a peor y no solamente la economía… 
13 de julio de 2012

La descivilización del continente europeo

En la línea de informar, educar e instruir a los que más lo necesitan, en esta ocasión voy a adelantar un extracto de un libro digital (ebook) de próxima aparición en esta Web, titulado: La división geoclimática del planeta”. El extracto que les adelanto es una parte del capitulo: El comportamiento organizativo en las empresas islámicas”.

Los políticos europeos, en su mayoría juristas y “gente de letras”, sin conocimientos tecnológicos, ni científicos, ni de gestión empresarial, han regularizado alegremente a millones de individuos genéticamente configurados para vivir en zonas geoclimáticas diferentes a la europea, provocado una importante pérdida de eficiencia y productividad y convirtiendo a Europa en un continente tercermundista. Cualquier ingeniero industrial o economista que lea este artículo, comprenderá el tremendo error que supone para el continente europeo la presencia de 50 millones de musulmanes dentro de sus fronteras y la necesidad de, educadamente,  mostrarles la puerta cuanto antes, para que regresen a su medio ambiente natural. España en una sola década —bajo los gobiernos de “Ansar” y “Zapo”— regularizó, a espaldas de los españoles, un millón de musulmanes, que se han asentado preferentemente en la comunidad catalana, otrora una de las zonas más prosperas de España y ahora semiarruinada, aunque el porcentaje de responsabilidad de éstos en su declive, sea difícil de evaluar.

El comportamiento organizativo en las empresas islámicas.

Puesto que son pocos los occidentales que comprenden la “mentalidad islámica”, tal vez sea conveniente observar en detalle el funcionamiento interno de las organizaciones y empresas en esos países, lo que sin duda nos puede proporcionar una nueva perspectiva y despejar no pocas dudas sobre el funcionamiento de las sociedades islámicas.

El hombre de negocios occidental percibe las organizaciones como subsistemas de un medio organizativo más amplio. Sabe que las empresas son sistemas con sus propios subsistemas de recursos materiales y humanos y analiza los sistemas tomando en cuenta únicamente factores valorables y observables. Sin embargo, el esquema mental del ejecutivo islámico incluye perspectivas más amplias y la razón básica de la percepción única y las perspectivas de decisión del musulmán hay que buscarlas en su visión monolítica del mundo a través del Islam, pues el musulmán enfoca su religión como un sistema total con sus propios subsistemas, abarcando todas las facetas de la vida: político-legales, económico-tecnológicos, y socioculturales. Prácticamente nada es imaginado fuera de este supersistema islámico, cuya profundidad y amplitud está determinada por el Corán. La organización y gestión de personal difiere, igualmente, de la práctica occidental pues la evaluación de un empleado por su jefe en Occidente generalmente se basa en su idoneidad para desarrollar ciertas tareas en la estructura corporativa, poniendo especial énfasis en el rendimiento y no tanto en la personalidad del subordinado. Como se suele decir, se trata de colocar a la persona adecuada en el lugar adecuado. En las regiones islámicas se trata de colocar a la persona “adecuada” en cualquier tipo de trabajo que pueda surgir. De ahí la sorpresa de los occidentales al comprobar la poca relación existente entre los títulos académicos o cualificaciones de los empleados y las funciones que éstos desarrollan en las organizaciones privadas y públicas de los países islámicos. No es, por tanto, la profesionalidad y el rendimiento lo que determina la promoción de una persona en las organizaciones islámicas, sino un sistema de relaciones interpersonales que se extienden desde los más bajos a los más altos niveles de la estructura corporativa. En las sociedades islámicas, la lealtad solamente es posible hacia las personas y la religión, mientras que la empresa, bien sea privada o pública,  tiene una importancia secundaria. El subordinado islámico sabe que además de ser religioso, ha de cultivar a las personas “adecuadas”, particularmente a su inmediato superior y está convencido de que lo que es bueno para su jefe y para él, debe ser asimismo bueno para la empresa.

Por otra parte, el empleado europeo y americano tiene mayor propensión a la iniciativa y acción al afrontar problemas, por conocer mejor los parámetros de sus niveles de autoridad y el grado de poder asociados a su posición, dado que las organizaciones occidentales proporcionan, tanto a los cuadros ejecutivos medios como a la alta dirección, altas dosis de autoridad, exigiendo a cambio responsabilidad. En las organizaciones islámicas en cambio, los cuadros superiores demandan grandes dosis de responsabilidad de sus subordinados, aunque la autoridad es raramente delegada y como resultado de ello, incluso los temas más triviales son elevados a la alta dirección. Muy raramente iniciará el empleado islámico algún tipo de actividad o tomará alguna iniciativa, a no ser que le sea encargada directamente por la alta dirección de su empresa. Además, el ejercicio del poder en las organizaciones difiere sustancialmente entre Occidente y los países islámicos, porque si bien los ejecutivos occidentales pueden desear el poder en la organización de la misma forma que los ejecutivos islámicos, de nuevo, los enfoques son muy diferentes. El ejecutivo americano y europeo occidental puede desear el poder aunque considere socialmente inaceptable el perseguirlo y aunque lo tenga, suele negarlo y su ejercicio se realiza con discreción, mientras que en la organización islámica, la búsqueda y uso del poder se hace abiertamente y puesto que el personal de nivel medio y bajo sabe que sus posibilidades de obtener y ejercer el poder organizativo son limitadas, capitaliza en todo momento el poco poder disponible, manifestándose en el típico comportamiento autoritario ejercido por el personal de bajo nivel. Los ejecutivos islámicos creen generalmente que las entidades necesitan líderes fuertes capaces de forzar sus voluntades en las organizaciones y consecuentemente y al contrario que en las organizaciones occidentales, —donde los objetivos son comparativamente estables— los objetivos organizativos en los países islámicos suelen cambiar al cambiar el director, o máximo responsable de la empresa pública o privada. Y esto suele ocurrir incluso en los grandes organismos públicos. Se pueden citar casos de cambio total de estrategia en una empresa al cambiar el director del programa. En el caso de una administración pública, se ha dado el caso de abandonar el objetivo inicial enfocado a la ayuda a los granjeros del sector agrario, para pasar a construir infraestructuras nacionales, reflejando así las diferentes voluntades de dos sucesivos directores de programa.

El funcionamiento de los grupos en la organización requiere una mención especial y una forma de visualizar el grupo en una organización es a través de la noción de sinergia.  Este concepto sugiere que una amalgama de personas en un grupo puede desarrollar características, comportamiento, y productividad significativamente diferentes de los individuos que lo componen. Sinergia positiva significa que la suma de los esfuerzos individuales dentro de un grupo rinde más que la adicción de los esfuerzos individuales separados del grupo, mientras que sinergia negativa significa lo contrario. En Occidente, se supone que el grupo de trabajo es capaz de lograr objetivos no alcanzables a través de esfuerzos individuales y por eso muchos de los avances de Occidente son atribuidos al esfuerzo eficiente de un grupo, puesto que la cooperación, implica la modificación de la propia conducta para permitir la viabilidad de un grupo. En los países islámicos, la mayoría de los grupos solamente podrán existir mientras la individualidad de cada uno de sus miembros no sea amenazada. Los musulmanes son reticentes a alterar sus comportamientos con el objeto de pertenecer a ciertos grupos, incluidos los grupos de trabajo y tampoco les entusiasma supeditar sus objetivos individuales a los objetivos del grupo. De ahí que el trabajo en grupo, dentro o fuera de la esfera laboral, nunca haya tenido aceptación en la cultura islámica. Solamente grupos de signo autoritario formalmente constituidos pueden funcionar con cierta energía, pero incluso esos grupos tienen predisposición al sinergismo negativo, debido a su inherente falta de espíritu cooperativo.

A este respecto hay que mencionar el tan conocido aspecto dominante de la psique del árabe, consistente en un egoísmo desmedido. Sus antecedentes hay que buscarlos en una largísima historia de inestabilidad e inseguridad en un ambiente inhóspito y desértico, que premia la autopreservación. El efecto práctico de esta circunstancia es una total preocupación por uno mismo, que deja muy poco espacio para la comprensión de puntos de vista que no sean los propios. Así, por ejemplo, le resulta incomprensible a un árabe que las leyes inmigratorias de Europa o América le impidan la obtención de un visado turístico, cuando él ya se había decidido por emigrar a Europa o a USA y asentarse allí. El reverso de esta moneda psicológica, que tiene las mismas raíces históricas que el egoísmo, es una permanente inquietud por la naturaleza del mundo en el que uno vive. La experiencia ha enseñado al árabe que nada es permanente y que vive rodeado de fuerzas hostiles. En ese medio ambiente cada individuo ha de estar en alerta constante para protegerse de las fuerzas malévolas que buscan su ruina. Este enfoque está detrás de la conocida “mentalidad del bazar” común a todas las sociedades árabes, consistente en ignorar acuerdos y planificación a largo plazo en favor de ventajas inmediatamente obtenibles, lo que naturalmente, se traduce en prácticas consideradas poco éticas por los occidentales.

Un último aspecto diferenciador entre las empresas occidentales y las islámicas es la especialización contra la personalización y es que la organización occidental está formada por especialistas y es precisamente la habilidad de los especialistas para cooperar en diferentes proyectos, lo que proporciona a la empresa occidental su perfil competitivo. La empresa americana y europea ha incorporado la departamentalización y especialización, con el objeto de mejorar la productividad —y por ende la rentabilidad— dentro de un ambiente aceleradamente científico y tecnológico, mientras que la empresa islámica es esencialmente una organización carismática y a pesar de que los programas nacionales de desarrollo en cierta medida han introducido la ciencia y la tecnología, no se puede afirmar que esas organizaciones sean administradas eficientemente. Lo cierto es que la entidad corporativa en los países islámicos funciona principalmente como vehículo para la promoción de los intereses del individuo, los miembros de su familia y sus amigos y no es necesario decir que ese enfoque organizativo contribuye muy poco a la productividad. Lo que a ojos de un occidental pueden parecer actitudes de nepotismo y corrupción, son entendidas como perfectamente normales a ojos de un musulmán y es que tales actitudes, por la práctica, están tan introducidas en el subconsciente colectivo de los musulmanes, que éstos ya no son conscientes de que lo son.  La gestión de las grandes organizaciones islámicas está enfocada, por tanto, en la personalización y no en la departamentalización o especialización. De ahí que las organizaciones islámicas sean a menudo modeladas y remodeladas en torno a las personalidades individuales de los altos directivos. En lo referente a la perspectiva y la planificación, durante generaciones la sociedad occidental ha sido programada para prever y anticipar los cambios evolutivos, mientras que la mentalidad islámica, en cambio, permanece en el pasado, con algún énfasis en el presente y muy poco interés en el futuro. Casi todos los musulmanes creen en la predestinación; es decir, creen que los asuntos del mundo, naciones, organizaciones, individuos y todo lo demás, están predestinados por Alá  y en este escenario, la planificación corporativa, que tan buen resultado ha dado en las empresas americanas y europeas, raramente es aplicada en los países islámicos. Asociada a estas limitaciones psicológicas, esta la incomprensión general de la casualidad. El Islam, con su énfasis en la omnipotencia de Alá, explicaría este fenómeno observable también en aquellos musulmanes educados en el estilo occidental e incluso con una larga experiencia fuera de los países musulmanes. Ello explica la aversión del musulmán a aceptar responsabilidad por las acciones propias. Todas las cosas son como Alá las ha previsto. De esta sentencia deriva la actitud del musulmán, su falta de iniciativa y su fatalismo ante todas las vicisitudes de su existencia. El convencimiento de estar en manos de Alá en todo momento y circunstancia, libra al musulmán de las angustias y preocupaciones cotidianas y también de cualquier responsabilidad o culpabilidad personal.

Esta “mentalidad islámica” conduce en no pocas ocasiones a situaciones cotidianas ciertamente curiosas para el observador occidental. Esto se puede ver con un ejemplo ilustrativo tomado de una experiencia real: Usted amigo lector toma un taxi y pide al conductor que le traslade a una dirección determinada. De camino allí, el taxista colisiona accidentalmente con otro automóvil. Pues bien, la culpa de la colisión no la tiene el conductor, como cabría esperar, sino que la tiene Usted querido pasajero, puesto que fue Usted el que ordenó al taxista dirigirse a esa dirección… La gestión de negocios en los países islámicos requiere, por tanto, de actitudes y habilidades significativamente diferentes de las necesarias para operar en Europa y Norteamérica.

Esta “mentalidad islámica”, afecta no solamente a los individuos, sino también a toda la sociedad, la política, la micro- y macroeconomía, etc. De la misma forma que los individuos en los países islámicos nunca son culpables de nada, sino que siempre son “los otros”, esto es, el vecino, el policía, fulanito, menganito… lo mismo ocurre en el ámbito de los grupos sociales y de las naciones. El «pueblo» egipcio, el«pueblo» iraquí, el «pueblo» saudí, etc., son excelentes ciudadanos, pero tienen la mala suerte de que sus políticos son corruptos y sus regímenes retrógrados… La miseria y el subdesarrollo comparativos en los que han vivido a lo largo de los siglos, tampoco son culpa de ellos mismos, sino de “los otros”, esto es, la dominación otomana, la invasión napoleónica, el imperialismo británico, el imperialismo americano… etc., es decir, son siempre “otros” los que no quieren que ellos, los excelentes hijos de Alá progresen en el desierto.

9 de junio de 2012

La UNESCO y el engaño universal

Es bien conocido que la raza condiciona y determina el carácter, temperamento, comportamiento, inclinaciones y prestaciones de todos los animales, incluidos los humanos. Es muy importante hacer esta precisión que cualquier genetista, biólogo o veterinario conoce, pero cuya enseñanza desapareció de las escuelas occidentales por decisión política, en las postrimerías de la II Guerra Mundial. Si Usted ha asistido a una escuela occidental a partir de 1950, año de la publicación de la Declaración de la UNESCO sobre la Cuestión Racial (“The UNESCO´s Statement on Race”) ya no habrá tenido ocasión de leer ese tipo de subrayados, pues desde entonces esta excluido de los libros de texto. Este organismo supranacional fue creado en las postrimerías de la II Guerra Mundial con el único propósito de modificar los valores occidentales, implantando una nueva socio-psicología colectiva y abriendo las puertas al “multiculturalismo”, o lo que es lo mismo, a la irrupción de las masas afroasiáticas en Europa y el embrutecimiento del continente europeo. Los encargados por la UNESCO para realizar esta “tarea” fueron los antropólogos y sociólogos de origen judío Ashley Montagu (nacido Israel Ehrenberg), Morris Ginsberg y Claude Lévy-Strauss. Debo matizar que este último, aunque lleva el mismo apellido, no es pariente del también judío y ex-director del FMI, Dominique Strauss-Kahn (DKS), cuyo carácter, temperamento, comportamiento e inclinaciones son bien conocidas por los periodistas de sucesos.

Por decisión política, las diferentes razas humanas dejaron de existir de la noche a la mañana y los conocimientos científicos fueron transmutados por “valores sociales”. Los animales continuaron siendo de diferentes razas, mientras que las razas humanas se convirtieron en un “concepto social” y desde entonces, todas las razas humanas del planeta son consideradas “iguales”. Afirmar lo contrario, es “racismo”. Curiosamente, así lo cree gran parte de la población occidental —excepto, naturalmente, los médicos, genetistas, veterinarios y biólogos— justificando los gigantescos recursos de difusión propagandística y mediática asignados a este organismo supranacional desde su creación. Con la creación de la UNESCO, todas las razas del planeta fueron equiparadas y consecuentemente, también sus prestaciones, con lo que el TAM-TAM africano fue equiparado a la 5ª Sinfonía de Beethoven…

Estos conceptos son desarrollados en profundidad en un lenguaje divulgativo, pero con rigor académico, en uno de los libros digitales (ebooks) de próxima aparición en esta Web, bajo el título: Genética y biología racial, dedicado al tema tabú por excelencia desde el final de la II Guerra Mundial, uno de cuyos capítulos lleva por título: “La UNESCO y el engaño universal”.

9 de junio de 2012

El embrutecimiento de Europa

 Más vale mil días de tiranía que uno de anarquía (Proverbio árabe)

Como bien saben los que me leen, considero la inmigración como el mayor problema, con diferencia, que tiene planteado Europa y en el caso de España, el problema es ciertamente apremiante. Por más que he buscado, no veo otra solución que no pase por la repatriación y en el caso de los musulmanes, desafortunadamente, por más que lo he intentado, no he encontrado un solo argumento que justifique su presencia.

El continente europeo siempre ha estado, geográficamente, demasiado cercano a los países árabes y en las últimas décadas la cercanía se ha convertido en un asedio por sus vecinos de la otra orilla. Aproximadamente, 50 millones de musulmanes están asentados en Europa y en solo diez años, a espaldas de los españoles, un millón de musulmanes han sido regularizados en España, lo que es sin duda un record inmigratorio en Europa. Los devastadores efectos de la inmigración musulmana en Europa están bien documentados periodísticamente y los sondeos de opinión en toda Europa así lo recogen, aunque la problemática raíz de este fenómeno migratorio que esta desintegrando y descivilizando el viejo continente, no es muy bien conocida. Este crítico argumento no podría ser entendido sin aceptar que todo en el planeta Tierra esta sabiamente equilibrado por unas leyes ecológico-naturales milenarias que han sido quebrantadas en los últimos 50 años, en parte debido a los gigantescos avances en materia de  transportes y comunicaciones.

La irrupción de las masas afroasiáticas en el continente europeo ha trastocado estas leyes de forma traumática. La macroeconomía global no se puede comprender sin asumir la relación entre la geoclimatología, la genética y la demografía, donde una variable conduce a la otra y las tres están íntimamente ligadas como las tres patas de un taburete, sin las cuales no se podría encontrar un equilibrio y mucho menos una base estable en la que asentar cualquier teoría, tesis, discusión o valoración.

Lo cierto es que cada individuo está genéticamente configurado para habitar en una zona geoclimática del planeta en un proceso de adaptación milenaria, que ha sido totalmente trastocada durante la última mitad del siglo XX.

Las inhóspitas arenas pedregosas de Arabia, donde la temperatura estival a la sombra es de 49° se extienden sobre los cientos de kilómetros de pedregales de Oriente Medio y el paisaje lunar de Irán, Afganistán y Pakistán, dibujando horizontes de arena, piedras y estepas totalmente inhóspitas, donde jamás cae una gota de lluvia y donde la vida ha sido siempre una cruel lucha diaria por la supervivencia. Ahí se forjó el carácter, temperamento, comportamiento e inclinaciones de las etnias camito-semitas (árabes, judíos, turcomanos, etc.,) perfectamente adaptados a las duras condiciones de un medio ambiente despiadado e implacable, muy alejado de los bellos lagos, praderas y bosques y los dulces aromas primaverales del continente europeo.

En esa zona inhumana del planeta, surgió el Islam. Mahoma, su profeta, era analfabeto, por lo que sus atroces ideas no fueron escritas por él personalmente, sino recopiladas por otros con posterioridad a su muerte. El Corán refleja el comportamiento, inclinaciones y prestaciones de los habitantes del desierto. Obsérvese que no estoy diciendo que el comportamiento, inclinaciones y prestaciones de los musulmanes se deban a la lectura del Corán, pues ello significaría apoyar las erradas políticas multiculturales de integración o de asimilación, fracasadas en Europa. Lo que estoy diciendo es justamente lo contrario. El Corán recoge el carácter, temperamento, comportamiento, inclinaciones y prestaciones de los individuos habitantes del desierto, es decir, refleja con precisión la idiosincrasia de una etnia genéticamente configurada para habitar esa zona inhóspita del planeta y ninguna otra.

Lo que otorga una fuerza extraordinaria al Corán, más allá de la filosofía, la ética o las doctrinas jurídicas que encontramos en él, es el hecho de ser la primera obra literaria de un pueblo analfabeto como el árabe; su primera creación religiosa y moral. Está pensada para ser leída en voz alta y es considerada la más antigua y máxima obra maestra del idioma árabe. Independientemente del contenido, yo añadiría que es la única obra relevante en ese idioma. Pese a ser un libro violento y aparentemente sectario, para los musulmanes sigue siendo la lectura más grandiosa del universo; modelo de estilo lingüístico y explicación del mundo, y por supuesto el libro más importante de enseñanza espiritual. Es un libro muy sencillo, casi pueril, pero para los teólogos islamitas ortodoxos, este libro encierra todo el saber humano; todo cuanto la humana inteligencia pueda jamás hallar y descubrir. Es el  “libro de Dios”; un código, un sumario y una recopilación de normas de vida.

Esta confirmación escrita del orgullo de ser musulmán fue muy importante para un pueblo que pretendía conquistar el mundo, puesto que sus dromedarios, sus cabras y las baladas de sus trovadores no constituían suficiente base para la autoestima. En otra época, sólo el Islam infundió en los creyentes la ambición expansiva a lejanos territorios que tan devastadoras resonancias nos ha dejado. Pasados los siglos, esa ambición expansiva persiste con renovada virulencia…

Este tema, así como el funcionamiento organizativo en las empresas islámicas, es tratado extensamente en el libro digital (ebook) “La descivilización del continente europeo”, que pronto estará disponible en esta misma Web.

8 de junio de 2012

Un gobierno totalmente atrofiado

Es evidente que Mariano Rajoy y su gobierno todavía no han leído los artículos incluidos en esta Web.  Si lo hubiesen hecho, la mitad de los ocho (8) millones de “sin papeles” semianalfabetos procedentes del tercer mundo y de los Balcanes, regularizados por “Ansar” y por “Zapo”, ya habrían abandonado el país y la otra mitad estarían preparando las maletas, con lo que la situación socioeconómica de España habría dado un giro de 180°. No olvidemos que las regularizaciones masivas de 8 millones de “sin papeles” ( en diez años España regularizó más extraeuropeos que USA y la UE juntos) desencadenaron toda la perversa disfunción socioeconómica que ha colocado a España al borde del abismo y ninguno de los responsables ha sido sentado en el banquillo todavía.

Entretanto, pasados ya cinco meses de responsabilidad, en lugar de centrarse en resolver el auténtico problema macroeconómico de España, esto es, la salida ordenada de los ocho millones, este gobierno de miopes sigue perdiendo el tiempo en microtonterías financieras.
1 de junio de 2012

Inmigración masiva y crisis bancaria

Aunque muchos políticos europeos juegan a la política del avestruz y otros pretenden no haberse enterado de lo que ocurre, lo cierto es que todos los problemas que tiene planteados Europa desde la II Guerra Mundial, están directa o indirectamente relacionados con la inmigración masiva procedente del tercer mundo. Y cuando digo todos los problemas, me refiero justamente al amplio significado de ese vocablo. Incluso problemas microeconómico-sociales como la actual crisis bancaria que está padeciendo España, que para cualquier ciudadano o cualquier político podría aparecer desvinculada de la inmigración masiva, lo cierto es que esta crisis financiera, —al igual que  el resto de problemas que afronta Europa y España en este momento— está directamente relacionada con la regularización masiva de inmigrantes procedentes del tercer mundo. Los individuos de origen europeo, que han creado y desarrollado los avances técnicos, científicos y económicos del planeta Tierra, hoy constituyen solamente el 9% de la población mundial.

La mayoría de los políticos europeos desconocen que la pérdida de competitividad relativa que padece Europa desde la II Guerra Mundial se debe a la masiva afluencia de inmigración tercermundista. Casi todos los sectores improductivos del continente europeo occidental subsisten en la medida en que hay inmigrantes disponibles procedentes del tercer mundo. Tareas poco productivas; trabajos ineficientes y labores de bajo valor añadido en todos los sectores del continente europeo, existen debido a la llegada de inmigración tercermundista y balcánica. Todos esos sectores y todas esas tareas ineficientes e improductivas, habrían desaparecido o habrían sido robotizadas sin la inmigración extraeuropea.

La expansión desmedida del sector de la construcción en España, fue posible por la afluencia masiva de inmigrantes extraeuropeos y balcánicos, con el visto bueno de los gobiernos del PP acaudillados por “Ansar” y los del PSOE abrevados por “Zapo”, ambos, “políticos profesionales”, totalmente desvinculados de la sociedad. Sin el asentamiento en el país de esos ocho (8) millones de “sin papeles”, no habría sido posible la expansión descontrolada del sector de la construcción y el posterior pinchazo de la burbuja inmobiliaria. La ficticia y desmedida expansión del sector de la construcción en España se nutrió de unos bajos tipos de interés por la pertenencia del país al euro y la ilimitada afluencia de mano de obra subalterna y barata procedente de países extraeuropeos y balcánicos. Las entidades financieras se sumaron alegremente al carro, ofreciendo créditos hipotecarios masivos, que pinchada la burbuja, se convirtieron en morosidades masivas,  desahucios masivos y masivos activos inmobiliarios invendibles, lastrando sus balances, de tal forma que aquellas entidades gestionadas por políticos, como Caja Madrid (Bankia), acabaron en la semiquiebra y posterior rescate con fondos públicos. Desinflada la burbuja inmobiliaria y las demás burbujas alimentadas por las regularizaciones masivas, ahora España se encuentra con una población de cuarenta y siete (47) millones de habitantes, de los cuales solamente trabajan diecisiete (17) cuando deberían cotizar al menos treinta (30) para la que la economía nacional fuese sostenible. Muy pocos de los 8 millones de “sin papeles” regularizados son aprovechables por la economía del país, o lo que es lo mismo, su empleabilidad es prácticamente nula. Además, el sistema productivo español no puede crear los 13 millones de puestos de trabajo que garantizarían la estabilidad macroeconómica del país, a pesar de lo cual, ninguno de los ocho (8) millones de “sin papeles” irregularmente regularizados, han salido del país, incrementando el índice de paro, acrecentando el déficit público, colapsando las infraestructuras, hundiendo la productividad, agravando la inseguridad ciudadana y enrareciendo el ambiente social y étnico. Hay un nuevo gobierno desde hace cinco meses y todavía no se ha tomado la decisión de mostrar la puerta de salida a esos ocho (8) millones, tal vez por ser parcialmente responsables de esta agobiante situación.

Semejante anomalía socioeconómica ha sido y sigue siendo posible por el rancio sistema electoral español, que mantiene la desvinculación entre la clase política y sus electores, lo que posibilita que los políticos tomen decisiones en contra de los intereses de los electores y a espaldas de los deseos de los españoles. Los políticos españoles son colocados en las listas electorales por la cúpula del partido político en el que militan y deben su lealtad a aquellos que los han colocado en las listas y no a los votantes de base. Es decir, los políticos españoles no son incluidos en las listas electorales por los votantes de los distritos a los que deberían representar y ante los que deberían responder por su gestión, sino por la cúpula del partido político que confecciona las listas. Una vez en el poder, el político español solamente profesa lealtad hacia la cúpula de su partido y no hacía sus votantes, de los que en ningún momento ha dependido para acceder a la política o para mantenerse en la política. Es por tanto prioritario modificar el sistema electoral español, para que los sufridos votantes españoles sean directamente representados por sus políticos, evitando, como hasta ahora, las continuas y catastróficas decisiones políticas a espaldas y en contra de los intereses de los ciudadanos.

28 de mayo de 2012

La tormentosa e imposible relación EU – Grecia

Durante estas fechas, sesudos economistas han escrito amplios artículos sobre la conveniencia o no de que Grecia abandone el euro y las repercusiones que esta medida podría tener para el Euro como valuta y para la propia Grecia como país. Puesto que mi estilo consiste en dar soluciones sencillas a problemas complejos, quiero comenzar recordando que Grecia, al igual que el resto de países balcánicos, pertenecieron durante varios siglos al imperio otomano y por tanto, se han visto indirectamente influidos por la cultura y los valores musulmanes, que en todos los casos se traducen en una bajísima productividad, una total falta de eficiencia y una corrupción y nepotismo generalizados en todas las capas sociales y políticas. Naturalmente, los propios griegos no son conscientes de que es imposible pretender vivir como alemanes, pensando como turcos.
Los países occidentales nunca debieron permitir la entrada de Grecia en el Euro, máxime teniendo en cuenta que ya existían precedentes históricos, acreditados a lo largo del siglo XX, del incumplimiento por parte de Grecia de los compromisos financieros asumidos internacionalmente. No olvidemos que a lo largo del siglo pasado, en más de una ocasión el estado griego emitió bonos y letras del tesoro fallidos a alto interés, arruinando a varios inversores occidentales.
Los propios griegos eran conscientes de que sus “prestaciones”, —traducidas en productividad—, no alcanzaban para entrar en la Zona Euro y por esa razón amañaron las cuentas públicas, al objeto de formar parte del “selecto club europeo”, para cuya entrada, ellos mismos comprendían que no daban la talla. Grecia es un país sin tradición industrial y la casi totalidad de su PIB está directamente relacionada con el sector servicios, especialmente el turístico. Su pertenencia al Euro ha permitido a los griegos mantener un nivel de vida “europeo occidental” que no se merecían por sus prestaciones, del mismo modo que Argentina, en su día, mediante el mantenimiento de la paridad del Peso Argentino con el Dólar Estadounidense, permitió a los argentinos disfrutar de un nivel de vida ficticio que tampoco se merecían y como todo en la vida, al final hay que ajustar las cuentas y esas cuentas ajustadas se tradujeron en el devastador y demoledor “corralito” que puso las cosas en su sitio y enseñó a los argentinos que no conviene vivir por encima de sus posibilidades.
Estos principios básicos de economía, los conoce perfectamente cualquier particular poseedor de una tarjeta de crédito, que viviendo alegremente por encima de sus posibilidades generadoras de efectivo, al final se ve imposibilitado a afrontar los pagos.
Grecia, —al igual que ocurre con Rumania y Bulgaria— ni siquiera cumple los parámetros macroeconómicos y socioeconómicos básicos e imprescindibles, no ya para pertenecer al Euro, sino para pertenecer a la Unión Europea. Ninguno de esos países tiene las tradiciones, el bagaje histórico, cultural y los antecedentes de libre mercado, libre competencia, libertad de expresión y bagaje cultural de la Europa Occidental, ni los tendrán nunca por su ubicación geoclimática. La decisión de permitir su entrada en la Unión Europea fue meramente política, que solamente va a traer problemas crónicos futuros a los países de la Europa Occidental.

Una vez analizados los antecedentes históricos de la actual situación, llegamos a la pregunta del millón: ¿qué ocurría si Grecia el día 1 de junio de 2012, fuese obligada a abandonar el Euro? Las consecuencias directas de tal medida en el caso de la República Helénica son evidentes y los griegos tendrían que adaptar su nivel de vida a sus prestaciones, devaluando el Dragma Griego como mínimo un 50 %. Naturalmente, con semejante ajuste a la baja de la moneda nacional, Grecia no podría afrontar el pago de los intereses de los créditos recibidos en euros por parte de los países integrantes de la zona euro y éstos, con Alemania como principal acreedor, tendrían que condonar gran parte, o la totalidad de la deuda, al estado griego. A medio plazo, tal devaluación otorgaría a los griegos una importante ventaja competitiva que les ayudaría a salir adelante económicamente en el sector servicios, especialmente el turístico, naturalmente con un nivel de vida inferior al que tienen en la actualidad, o lo que es lo mismo, con el nivel de vida que se merecen por sus antecedentes históricos y su ubicación geoclimática. Ahora bien, ¿qué consecuencias directas asumiría la Zona Euro por la salida de Grecia?
Exactamente las mismas que aquél que, reconociendo horrorizado que se había desposado con una persona incompatible, decide divorciarse, quitándose ese lastre de encima y afrontando el futuro con renovado optimismo. A corto plazo, los periodistas escribirían algunos artículos sobre las incertidumbres políticas de la moneda común y la futura consistencia de la Zona Euro, que, naturalmente, incidirían en su fluctuación en los mercados internacionales, pero lo cierto es que a medio y largo plazo, una vez liberados del lastre griego, los países occidentales de la Zona Euro podrían afrontar con optimismo nuevas etapas evolutivas en su colaboración político-económica, lo que se traduciría en una mayor solidez crediticia y el reforzamiento del Euro como moneda de cambio internacional.

España seguirá siendo un lastre para la Zona Euro en tanto en cuanto el gobierno de Mariano Rajoy no quiera entender y asumir que tiene que “tragarse la píldora” que supone aplicar las medidas retroactivas necesarias para que salgan del país los 8 millones de “sin papeles” irregularmente regularizados por los anteriores gobiernos de “Ánsar” y de “Zapo”, y esas medidas han de ser aplicadas de inmediato. Hoy mejor que mañana. Un país con 17 millones de empleados no puede seguir manteniendo a una población de 47 millones durante mucho más tiempo, pues ello significaría el colapso socioeconómico del país. Hay que mostrar la puerta a las 8 millones de semianalfabetos extraeuropeos y balcánicos masivamente regularizados, que han creado un descomunal déficit público; hundido la productividad; situado la tasa de paro en el 26%; disparado la criminalidad y están hipotecando el futuro socioeconómico y étnico del país.
Hay que mostrarles la puerta mediante leyes retroactivas, para que salgan por donde entraron, de tal forma que España recupere los 39 millones de habitantes que tenía hace 12 años, antes de las sucesivas avalanchas y se convierta en un país competitivo.
España posee un sector industrial bien diversificado y un sector servicios profesionalizado y está en buena situación para —una vez ubicados los 8 millones en las zonas geoclimáticas del planeta de donde nunca debieron salir— afrontar nuevos retos internacionales. Naturalmente, todo esto en el supuesto de que el gabinete de Mariano Rajoy muestre la madurez política, la firmeza y el coraje necesarios para, desoyendo las críticas interesadas, decidir, de una vez por todas, abandonar el ladrillo como motor económico del país y apostar por las tecnologías puntas, la I/D y la formación técnica y tecnológica de las nuevas generaciones de españoles.

19 de mayo de 2012

¡El mal planificador, ha de ser buen improvisador!

El 25 de febrero del año 2005 envié una carta de 3 folios a los directores de los cuatro principales diarios españoles, advirtiendo de las consecuencias que las alegres políticas socioeconómicas del gobierno de “Zapo” iban a tener para el país. Me  mostré especialmente crítico con las políticas de regularizaciones masivas de “sin papeles”. Como es sabido, tener razón antes de tiempo es igual a estar equivocado y mi carta, aunque bien acogida, no fue considerada publicable, tal vez por corrección política o por temor a perder subvenciones o espacios publicitarios institucionales. España, con 39 millones de habitantes, estaba en buena situación para haberse convertido en un país competitivo hace 12 años, en el supuesto de que cinco (5) millones de andaluces hubiesen emigrado a Alemania.

La entrada y regularización de ocho (8) millones de semianalfabetos extraeuropeos y balcánicos ha situado a España al borde del abismo y ahí va a seguir si no da marcha atrás, repatriando a los ocho (8) millones. Lo cierto es que todas mis predicciones se han cumplido con holgura, aunque aun quedan algunas por cumplir, porque desafortunadamente, esto va a ir a peor si no se toman el tipo de medidas que preconizo, por inaceptables que parezcan. Con un abismo delante, solamente se pueden dar pasos hacia atrás.

3 de mayo, 2012

De tal país, tales políticos y viceversa…

En la misma línea, hoy voy a hacer unas reflexiones socioeconómicas fácilmente entendibles por cualquiera, aunque no estoy seguro de que sean totalmente digeribles, al menos para algunos.

En esta ocasión voy a mezclar la macroeconomía con la “microeconomía social”, centrándome de nuevo en el descomunal problema que afronta España por la ineptitud gestora de los políticos que han desgobernado este país durante los últimos 12 años. Muchos de Ustedes, queridos lectores, se verán confundidos por las diversas y divergentes opiniones de los expertos y se preguntarán cómo hemos podido llegar a la agobiante situación económica y social en la que nos encontramos. Para ilustrar la situación, nada mejor que hacer una pequeña presentación comparativa de dos países cuyos datos macroeconómicos son tan diferentes como su climatología. Ambos pertenecientes a lo que entendemos por Europa Occidental y miembros de la Unión Europea, pero ubicados geoclimáticamente en los extremos del continente. Estamos hablando de dos países periféricos, pertenecientes, respectivamente, a la periferia septentrional y meridional del continente, tan semejantes y tan opuestos como Suecia y España.

Los suecos no conocen la crisis, aunque han oído hablar de ella. La economía sueca va bien, sin grandes acelerones ni caídas; tranquila, firme y segura en su enérgico avance, como los conocidos motores atmosféricos de los camiones y automóviles Volvo y Saab-Scania. En el año 2000 Suecia tenía 9 millones de habitantes y desde entonces, ha tenido un crecimiento demográfico vegetativo, por la inmigración de “refugiados políticos” procedentes de países inhóspitos y algunos profesionales del ámbito médico, investigador y científico. Ningún turista extraeuropeo se queda en el país más allá del plazo de su visado, pues sabe que sus posibilidades de asentamiento son nulas. Si los políticos suecos hubiesen abierto las fronteras a la inmigración universal*, con expectativas de continuas regularizaciones masivas, los “excedentes” del planeta hubiesen irrumpido por las fronteras suecas y en una década la población semianalfabeta del país hubiese aumentado en un 20%, como en España. Las infraestructuras del país quedarían literalmente sepultadas.

Ahora vamos a jugar con la imaginación y suponer que durante los últimos 12 años, “Ansar” y “Zapo” hubiesen sido los presidentes de gobierno de Suecia y vamos a presuponer que, al igual que en España, sus asesores les hubiesen dicho “Sí Campeón” a cualquier ocurrencia socioeconómica, de tal forma que hubiesen aplicado allí las mismas políticas que aquí. En tal caso, Suecia se encontraría hoy con dos millones de inmigrantes inintegrables —afroasiáticos, indios caribeños y turcomano-balcánicos— dentro de sus fronteras. Estaríamos hablando de individuos genéticamente configurados para vivir en zonas geoclimáticas diferentes a la europea, y por tanto, de carácter, temperamento, comportamiento, inclinaciones y prestaciones totalmente diferentes a las del europeo occidental, e inadecuadas para trabajar en el sector industrial y de servicios sueco. Su empleabilidad sería nula, pues crearían sinergias negativas, trastocando la eficiencia y restando productividad a un país de clara tradición tecnológica e industrial. Tampoco podrían trabajar en el sector de la construcción o servicio doméstico, dada la poca entidad del primero y la inexistencia del segundo. La importación mayorista de quincalla y fruslerías chinas, la apertura de “chiringuitos” o de bares y pubs, tiendas minoristas, etc., exige cumplir la normativa, llevar libros contables y pagar impuestos, por lo que en Suecia esos sectores resultan inatractivos para chinos e inmigrantes del Sudeste Asiático.

Con la inestimable ayuda de los excelentes equipos de gestión de “Ansar y “Zapo”  y sus cientos de asesores, esa gigantesca bolsa de población subalterna regularizada, no empleable pero gran consumidora de infraestructuras, servicios, ayudas y subvenciones públicas, colocaría la tasa de paro sueca en torno al 25% (el 5% normalizado + 20%), creando un gigantesco déficit público y presumiblemente, disparando también la criminalidad. Naturalmente, un pequeño porcentaje de población “sueco-parlante” inmigrada lograría, tal vez,  encontrar empleo, desplazando del mercado de trabajo no cualificado a un porcentaje equivalente de población autóctona, ésta última más costosa. Suecia sería ahora un país socialmente conflictivo, de 11 millones de habitantes, de claro sesgo tercermundista. El inmigrante extraeuropeo —especialmente el afroasiático musulmán, altamente conflictivo— crearía tensiones sociales, enrareciendo el ambiente ciudadano y obligando al gobierno sueco a aplicar costosísimas políticas “multiculturales” e “integradoras” que no servirían absolutamente para nada, porque los suecos, al igual que el resto de europeos, saben exactamente lo que les conviene, sin necesidad de que se lo digan los políticos.

Cuando “Ansar” accedió a la presidencia del gobierno, España contaba con 39 millones de habitantes de los cuales 15 estaban trabajando, cuando deberían ser al menos 25 para que la economía nacional fuese sostenible. En el momento en que “Zapo” dejó la presidencia del país, España contaba ya con 47 millones, pero solamente 17 de ellos empleados en algo… !A eso le llamo yo previsión macroeconómica!

Ya descolgados de la política, uno de ellos todavía sigue culpando de la crisis a las “hipotecas subprime” y a los Estados Unidos de América…, el otro, en cambio, al final logró aprender inglés.

24 de abril, 2012

La crisis Repsol – Argentina

En la línea de informar, educar e instruir a los que más lo necesitan, voy a hacer algunos comentarios sobre la crisis Repsol-Argentina, dadas las ingenuidades transmitidas por los políticos de ambos países.

En primer lugar he de puntualizar que Repsol no es propiedad del Estado Español, sino de sus accionistas. Fueron los accionistas de Repsol los que asumieron el riesgo de invertir en un país como Argentina y los que han de afrontar sus consecuencias. Como cualquier otro negocio fallido, las consecuencias de una inversión desacertada han de ser asumidas por los propietarios (accionistas) de Repsol. Los ciudadanos españoles, a través del Estado Español, no son parte en este litigio.

Hecha esta relevante puntualización y al igual que ocurre con la mayor parte de los problemas socioeconómico- políticos que tiene planteado el continente europeo, hay que retroceder a los años anteriores y posteriores a la II Guerra Mundial para entenderlos en su serena perspectiva.

El Peronismo, ideología socialista ideada y desarrollada por Juan Domingo Perón, esta inspirada en el socialismo nacionalista italiano desarrollado por Benito Mussolini durante los años anteriores a la II Guerra Mundial. Esta ideología socialista conocida como “fascismo”, inspiró también al político socialista Adolf Hitler, quien la rebautizó como “nacionalsocialismo”. Juan Domingo Perón la definió como “justicialismo”. Todas ellas son ideologías personalistas, con fuerte componente nepotista, basadas en un “líder benefactor” de la clase obrera. Como toda ideología dirigida a la clase obrera, su difusión es eminentemente  demagógica.

Dada la poca memoria histórica de los políticos españoles, debo recordarles que la intromisión política en asuntos empresariales privados, saltándose la legalidad, trae malas consecuencias socioeconómico-políticas y crean resentimientos  muy difíciles de reconducir. Un claro ejemplo lo encontramos en la expropiación del holding empresarial Rumasa, ejecutado en el año 1983 por el gobierno socialista de Felipe González, saltándose la legalidad mediante un decreto ley, en aras del “bien común”. Otro caso similar fue ejecutado también por el gobierno socialista de Felipe González en diciembre de 1993. De nuevo, saltándose la legalidad en aras del “bien común”, intervino (expropió) el banco Banesto a sus accionistas legítimos. Este tipo de intervenciones estatales en empresas privadas, saltándose la legalidad, crea disfunciones socioeconómicas directas, además, claro esta, de un espíritu revanchista en los afectados. Al contrario del clásico “laissez faire”, propio de las ideologías políticas liberal-conservadoras, el socialismo es interventor por naturaleza, también en los aspectos cotidiano-personales de los ciudadanos, aspecto éste que pasa desapercibido para la mayoría de los electores.

A medio y largo plazo, el principal perjudicado de esta acción expropiadora será Argentina, un gran país que verá cerrados los mercados crediticios internacionales y se verá limitado a las inversiones procedentes de países “emergentes”. El problema de fondo lo tienen los propios argentinos y se llama Peronismo, una ideología política  retrógrada, que deberán superar cuanto antes, por su propio bien.

15 de abril 2012

Las causas de la crisis y su solución

En la línea de informar, educar e instruir a los Presidentes de Gobierno, Primeros Ministros y líderes de partidos políticos europeos, a continuación voy a dar mi visión de la problemática del país mediante unas pocas líneas estratégicas macroeconómicas, sin entrar en detalles operativos.

España esta ubicada a 2000 kms de Escandinavia y a 14 kms de África. Cualquier buen observador que viaje de norte a sur, desde el norte de Noruega hasta el sur de África, sabe que la geoclimatología determina, no solamente el aspecto físico, sino también el carácter, temperamento, comportamiento, inclinaciones y prestaciones de los individuos.

Por su geoclimatología relativamente calurosa, orografía parcialmente semidesértica, baja publiometría y carencia de materias primas, España debería tener la mitad de habitantes que Francia para mantener un PIB/habitante y renta per cápita similar. España en una década ha regularizado más inmigrantes ilegales que USA y la Unión Europea juntos. Ocho millones de “sin papeles” extraeuropeos y balcánicos, semianalfabetos en su casi totalidad, (200.000 totalmente analfabetos) que han convertido a España en un país tercermundista, y es que todos los índices socioeconómicos ya nos alejan inexorablemente de la Europa Occidental. Los ex-iluminados “Ansar” y “Zapo” regularizaron alegremente a los “excedentes” del planeta y de los ocho (8) millones que todavía se encuentran dentro del país, trabajan 1.8 (según datos estadísticos poco fiables, como casi todo en este país) pero todos consumen sanidad, educación, ayudas, subvenciones e infraestructuras, en un país cuyas infraestructuras eran insuficientes para los 39 millones de habitantes con que contaba antes de la avalancha. De los 47 millones de habitantes que tiene España en este momento, solamente trabajan 17, con lo que éstos se mantienen a si mismos y a otros 30, cuando la relación debería ser justamente la contraria para ser sostenible. Teniendo en cuenta que el 80% del presupuesto de las Comunidades Autónomas —otro desastroso y ruinoso invento español — se va en sanidad y educación, ahí tenemos la razón del agobiante déficit público que arrastra España y que no disminuirá mientras los 8 millones sigan en el país.

España sufre una inintegrable superpoblación semi-analfabeta, que colapsa las infraestructuras, hunde la productividad y supone un lastre insuperable para el erario público. La recepción de inmigrantes se basa en un error de análisis económico y social fruto de la ignorancia y la estupidez que aqueja a nuestros políticos. Sin mano de obra inmigrante, las empresas se ven obligadas a invertir en el desarrollo de técnicas más avanzadas, con lo que el capital sustituye la mano de obra, aumentando así la productividad per cápita. Nuevos procesos serían inventados y desarrollados que sustituirían las labores subalternas. Lo cierto es que los inmigrantes realizan trabajos que desaparecerían sin la inmigración y muchos métodos no cualificados en todos los sectores solamente subsisten en la medida en que hay inmigrantes disponibles. Esa es la razón por la que la productividad en España (PIB/habitante) ha caído a niveles tercermundistas en los últimos años y va a seguir haciéndolo. La burbuja de la construcción en España no habría sido posible sin la llegada masiva de inmigrantes no cualificados y su posterior regularización por parte de los políticos irresponsables que nos desgobiernan. Como era de esperar, tras estallar la burbuja, se han quedado todos aquí, contando colillas.

Desde aquella altísima tasa de analfabetismo de los años 30, previos a la guerra civil, España ha venido arrastrando un déficit de científicos, técnicos e ingenieros y un superávit de humanistas y letrados. Hay más licenciados en derecho en Madrid que en toda Alemania, lo que se traduce en una tradicional carencia de empresas multinacionales españolas y en cambio la existencia de una burocracia asfixiante, pues mientras los ingenieros tienden a crear empresas eficientes, los abogados crean burocracia e ineficiencias.  Ayer como hoy, el problema de España sigue siendo la baja productividad como resultado de la baja formación. Su pertenencia al euro, ya no permite a España la tradicional devaluación de la peseta que adaptaba nuestro nivel de vida a nuestras prestaciones, mejorando nuestra competitividad al tiempo que nos empobrecía. Si la industria representaba el 24% del PIB en los años 70, ahora representa solamente el 14% y lo cierto es que solamente una industria tecnológicamente puntera puede proporcionar el valor añadido, la productividad, el aumento del PIB/habitante y la riqueza que España tanto necesita. Para ello hay que mostrar a los ocho (8) millones la puerta, para que salgan por donde entraron, acompañados de los políticos que los regularizaron, aunque para ello sea necesario crear leyes retroactivas.

A continuación, es necesario primar y fomentar a corto-medio plazo la elección de carreras técnicas y científicas por parte de los jóvenes, en detrimento de las jurídico-humanistas, fomentando, además, la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, cuyo porcentaje laboral sigue siendo muy bajo en España, comparativamente con el norte de Europa.  Hay que priorizar la inversión en formación i educación, fomentando la enseñanza y aumentando el nivel cultural de los españoles, porque la ignorancia y baja formación general de éstos, da demasiado margen de maniobra e impunidad a instituciones, administración y políticos. Todo lo que sea controlar, inspeccionar, intervenir, gravar o aumentar los impuestos, significa frenar el crecimiento económico y el empleo, por lo que ya habrá tiempo de hacerlo en el futuro.

14 de abril de 2012

La crisis en España

Durante los años 2011 y 2012 muchos sesudos economistas patrios y extranjeros han descrito en extensos informes las razones de la crisis que está atravesando España. Para que Usted, amigo lector, no tenga que leer todos esos documentos e informes, le voy a resumir de una forma concisa y totalmente objetiva, las causas y la solución a la crisis.
España ni tiene tradición industrial, ni científica, ni empresas que merezcan la pena nombrar; solamente tiene dos sectores que crean algo de trabajo y algo de riqueza: la construcción y el turismo. La burbuja inmobiliaria fue un resultado directo de las masivas regularizaciones de “sin papeles”, y el actual índice de paro, también. En el año 2012, los 8 millones de “sin papeles”, irregularmente regularizados, siguen todavía en el país y esa es la razón por la que España esta en bancarrota. El gigantesco déficit público, el desplome de la productividad y el auge de la criminalidad, son solamente pequeños “efectos colaterales” de la alegre regularización de 8 millones de inmigrantes extraeuropeos y balcánicos. España esta sumida en un avanzado proceso de “tercermundialización”, mientras los políticos responsables, “Ansar” y “Zapo”, ya descolgados de la política, se dedican a lo que mejor saben hacer. Los ciudadanos españoles, ignorantes ellos, han sido hábilmente desinformados, de tal forma que los responsables políticos de tal desaguisado pueden seguir dedicándose a sus “labores” sin tener que sentarse en el banquillo.

14 de abril de 2012

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